El pais
SUSCRÍBETE

El horror en Siria

Su jefe El Assad de 46 años, continuador a su vez de su padre, 40 en el gobierno y en los métodos totalitarios para aplastar cualquier asomo de oposición, continúa convencido que con tanques de guerra, asesinatos masivos y mentiras, logrará capear el temporal de la insurrección.

11 de agosto de 2011 Por:

Su jefe El Assad de 46 años, continuador a su vez de su padre, 40 en el gobierno y en los métodos totalitarios para aplastar cualquier asomo de oposición, continúa convencido que con tanques de guerra, asesinatos masivos y mentiras, logrará capear el temporal de la insurrección.

Más de 2500 víctimas ha cobrado la sangrienta defensa del régimen de Bachar El Assad en Siria. Y todo parece indicar que la cifra seguirá creciendo día a día, porque el tirano sólo encuentra razones para justificar su ordalía, negándose a escuchar el reclamo de reformas de sus compatriotas y las voces que la comunidad internacional pronuncia, pidiendo la detención inmediata de la matanza fratricida.Nada ha servido hasta ahora para detener el recorrido de muerte trazado por un régimen indolente ante el daño que le causa a su pueblo. Es el régimen que apoya Irán, cuyos dirigentes saben la importancia de la empobrecida y hoy triste nación Siria para alimentar y mantener con vida la llama del radicalismo religioso y del terrorismo en el Medio Oriente. Su jefe El Assad de 46 años, continuador a su vez de su padre, 40 en el gobierno y en los métodos totalitarios para aplastar cualquier asomo de oposición, continúa convencido que con tanques de guerra, asesinatos masivos y mentiras, logrará capear el temporal de la insurrección.Pero los sirios resisten con el coraje que da el saber que es una batalla justa contra la tiranía. A pesar de la inmoral oleada de violencia que desata contra los disidentes, la protesta sigue su rumbo y las informaciones, videos y fotos que publican en el internet y en los medios electrónicos, sirven de prueba para desmentir las informaciones falsas. Lo que también significa que el pueblo de Siria está aislado en su esfuerzo por derrocar la opresión y satisfacer las ansias de libertad que recorren los países árabes, llevada por la necesidad de salir del atraso al que los amarraron gobernantes despóticos e inmorales.Lo ocurrido en la ciudad de Hama es quizás el símbolo de la tragedia que produce la represión irracional para mantener el régimen. Bloqueos del Ejército de El Assad, hambre, destrucción y anuncios oficiales de victoria, mientras la gente manda correos con fotos y videos mostrando que la resistencia sigue. Una resistencia que empezó el primer Viernes de la Ira, al comienzo del Ramadán, pidiendo el fin de la dictadura. Basta recordar que en 1982, el padre y fundador de la dinastía cometió allí la peor masacre que se recuerde en Oriente. Ahora van 200 muertos en Hama y la consigna de los sirios sigue siendo “estamos contigo hasta la muerte”.Y mientras la lucha del pueblo sirio continúa, la comunidad internacional poco hace, o mejor, poco puede hacer para terminar con la locura sangrienta de Bachar El Assad. Salvo algunos comunicados y exhortaciones, o la visita de el Ministro de Relaciones de Turquía en representación de los países árabes, muy poco se ha hecho en los últimos seis meses para hacer sentir la presión que lo obligue a terminar la violencia contra su pueblo. Y poco pueden lograr acciones de occidente como los comunicados de condena de la Otán, el bloqueo de los Estados Unidos a las operaciones con el Banco Comercial de Siria y los pedidos de renuncia que divulga el presidente Barack Obama.Por eso, el mundo debe clamar y actuar para que cese el horror que padece Siria.

AHORA EN Editorial