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El Ferrocarril del Pacífico

Ahora, el aporte de algunas empresas nacionales y la llegada de inversionistas extranjeros le dan un nuevo aliento a la que de nuevo se denominará Ferrocarril del Pacífico, el cual cubrirá 498 kilómetros de red férrea y la unión en principio con los departamentos del Quindío y Antioquia. La promesa de vigorosas inyecciones de capital hizo que el presidente Santos anunciara la movilización de 25.000 toneladas por mes al finalizar el 2012, y a un millón de toneladas en el 2013. Para ello se anuncian inversiones en dotación de equipo y rehabilitación de la vía, que incluyen el cambio en el ancho entre rieles que hoy es de un metro, algo propio del siglo XIX.

3 de agosto de 2012 Por:

Ahora, el aporte de algunas empresas nacionales y la llegada de inversionistas extranjeros le dan un nuevo aliento a la que de nuevo se denominará Ferrocarril del Pacífico, el cual cubrirá 498 kilómetros de red férrea y la unión en principio con los departamentos del Quindío y Antioquia. La promesa de vigorosas inyecciones de capital hizo que el presidente Santos anunciara la movilización de 25.000 toneladas por mes al finalizar el 2012, y a un millón de toneladas en el 2013. Para ello se anuncian inversiones en dotación de equipo y rehabilitación de la vía, que incluyen el cambio en el ancho entre rieles que hoy es de un metro, algo propio del siglo XIX.

Por cuarta vez en los últimos diez años se pone en marcha el ferrocarril que une al mar Pacífico con el Valle y el resto de Colombia. Ahora es de esperar que la ceremonia de reinauguración, que contó con la presencia del Presidente Juan Manuel Santos, sea la última de este tramo y la primera en la anunciada política de revivir el transporte férreo como alternativa que sintonice al país con las necesidades que nacen de la estrategia para internacionalizar la economía. En 1914, la inauguración del Ferrocarril del Pacífico significó el paso más importante para vincular a Colombia con el Pacífico, con lo cual se lograba un acceso más expedito a las comunicaciones con los Estados Unidos y el resto de América. La obra, monumental en su tiempo por el esfuerzo que se realizó desde septiembre de 1878 cuando se firmó una concesión con el ingeniero Francisco J. Cisneros, se convirtió en la vía más importante para sacar el café que se producía en el centro del país hasta Buenaventura.Cincuenta años después, el tren fue abandonado y la empresa liquidada por la pesada carga laboral y la ineficiencia, a pesar de que el ferrocarril demostraba ser el medio más seguro y más económico para movilizar la carga. Desde entonces se han creado tres entidades en apariencia prometedoras y se han hecho inversiones que naufragaron ante múltiples factores, el más importante de los cuales es la indiferencia del Estado que prefirió incentivar el transporte por carretera, sin medir los costos y sin reparar en la necesidad de sintonizar el transporte y las vías de comunicación a las realidades del siglo XXI.Ahora, el aporte de algunas empresas nacionales y la llegada de inversionistas extranjeros le dan un nuevo aliento a la que de nuevo se denominará Ferrocarril del Pacífico, el cual cubrirá 498 kilómetros de red férrea y la unión en principio con los departamentos del Quindío y Antioquia. La promesa de vigorosas inyecciones de capital hizo que el presidente Santos anunciara la movilización de 25.000 toneladas por mes al finalizar el 2012, y a un millón de toneladas en el 2013. Para ello se anuncian inversiones en dotación de equipo y rehabilitación de la vía, que incluyen el cambio en el ancho entre rieles que hoy es de un metro, algo propio del siglo XIX.Es pues un paso que promete ser definitivo para mejorar la capacidad de transporte, para abaratar sus costos y adquirir la infraestructura que se requiere para la competitividad de Colombia. Lo que debe repetirse en el resto del país. Si hay algo absurdo es precisamente el que se haya abandonado el ferrocarril, concentrando el esfuerzo en la inversión que hacen los particulares en el transporte automotor y aplazando de manera sistemática la construcción de una infraestructura vial adecuada a las necesidades de hoy. Ayer, el presidente Santos reinició el funcionamiento del ferrocarril del Pacífico. Además de una señal de esperanza para Buenaventura y su comunicación con el resto de Colombia, ese acto está llamado a simbolizar el cambio que requiere nuestra Nación para enfrentar el desafío de la globalización.

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