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El ejemplo de Guatemala

No es la primera vez que en América Latina un caso de corrupción despierta protestas callejeras y obliga a algunos gobiernos a tomar medidas desesperadas para tratar de bajarle el tono a los escándalos. Pero lo que está ocurriendo en Guatemala deja tantas lecciones como inquietudes sobre hasta dónde irá el estremecimiento que hoy sacude las estructuras de un país azotado como pocos por la criminalidad ligada de manera descarada al narcotráfico.

8 de junio de 2015 Por:

No es la primera vez que en América Latina un caso de corrupción despierta protestas callejeras y obliga a algunos gobiernos a tomar medidas desesperadas para tratar de bajarle el tono a los escándalos. Pero lo que está ocurriendo en Guatemala deja tantas lecciones como inquietudes sobre hasta dónde irá el estremecimiento que hoy sacude las estructuras de un país azotado como pocos por la criminalidad ligada de manera descarada al narcotráfico.

“Nos quitaron tanto que terminaron quitándonos el miedo”. La frase, acuñada en medio de la actual efervescencia social que vive Guatemala, refleja la decisión de millones de ciudadanos de enfrentar la galopante corrupción que, una vez descubierta, tiene haciendo agua el gobierno del presidente Otto Pérez Molina.Más de 40 detenciones de que han sido objeto funcionarios de alto nivel como los presidentes del Banco Guatemalteco y del Seguro Social, varios jueces, militares en retiro y empresarios, en general adeptos o cercanos al ejecutivo, hablan a las claras del alcance que tuvieron las denuncias que adelantaron y adelantan los diferentes estamentos nacionales y de cooperación internacional, unidos para derrotar el saqueo de los recursos públicos y la impunidad.No es la primera vez que en América Latina un caso de corrupción despierta protestas callejeras y obliga a algunos gobiernos a tomar medidas desesperadas para tratar de bajarle el tono a los escándalos. Pero lo que está ocurriendo en Guatemala deja tantas lecciones como inquietudes sobre hasta dónde irá el estremecimiento que hoy sacude las estructuras de un país azotado como pocos por la criminalidad ligada de manera descarada al narcotráfico.Pero mientras llega ese momento que quizás tiene como punto de inflexión en las elecciones presidenciales previstas para septiembre próximo, vale la pena detenerse en el hecho de que el ataque a los corruptos tiene, aparte del factor decisivo de convocatoria que han significado las redes sociales, un antecedente denominado la CICIG (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala), que bien podría encontrar réplicas en otras escenarios de la región.La CICIG es un órgano que si bien tiene carácter independiente, depende de la ONU. Nació en 2006 de un acuerdo entre ese organismo y el Gobierno de Guatemala. Su papel, del que toma parte el exmagistrado colombiano Iván Velásquez como uno de sus principales investigadores, ha sido poner al descubierto los alcances de la trama que dejaba dividendos por cerca de un millón de dólares a quienes abrían las puertas al contrabando y a la evasión de impuestos para beneficio de un cartel cuyos tentáculos llegaban a instancias de la propia vicepresidencia de la nación. Los intereses, seguramente muy diversos, de países y bloques como Estados Unidos, Suecia, Noruega, Canadá y la Unión Europea, hicieron posible que la CICIG tuviera cómo funcionar . Incluso, la ONU prorrogó su existencia en hasta 2017, en vista de los resultados obtenidos. Quizá quienes en algún momento consideraron su presencia en territorio guatemalteco como indebida intromisión en asuntos internos, deberán reconocer hoy que nunca fue más acertado contar con su apoyo para obtener los resultados que hoy conmueven a todos los estamentos del país. Gracias a ello, la sociedad guatemalteca tiene más información sobre con quiénes no debe contar para edificar un mejor futuro. Al mismo tiempo, la región y el mundo comienzan a saber que la lucha contra la corrupción, y ahí también está el caso Fifa como ejemplo, no tiene fronteras. Como fronteras no puede tener la estrategia mancomunada para frenar sus alcances y su carácter transnacional.

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