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El Día E

El buen uso del lenguaje y el manejo adecuado de su gramática no es negociable. Representa la esencia en la construcción de la cultura que identifica a un pueblo, posibilita sus manifestaciones y es la base para la comunicación y el entendimiento.

23 de junio de 2012 Por:

El buen uso del lenguaje y el manejo adecuado de su gramática no es negociable. Representa la esencia en la construcción de la cultura que identifica a un pueblo, posibilita sus manifestaciones y es la base para la comunicación y el entendimiento.

“¡Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores… Se lo llevaron todo y nos dejaron las palabras!”. El español, el idioma al que se refiere de manera tan emocionada el escritor chileno Pablo Neruda, hoy está de fiesta. Una ocasión para reflexionar sobre la lengua que une a 23 países y se expande cada día. La que se adapta a los cambios y se enriquece ya sin temores. La que es sinónimo de identidad nacional y de patrimonio cultural. El Día E, o Día del Español, es la celebración orquestada cada año por el Instituto Cervantes con el fin de resaltar la importancia que tiene el castellano en todo el mundo y el aporte que éste hace a la riqueza cultural de cada nación donde se habla y a sus diversas manifestaciones. Sobre todo pretende despertar el orgullo de los hispanoparlantes por su lengua y extender una invitación para que más allá de la necesidad de adaptarse a las realidades actuales, se garantice su preservación y las nuevas generaciones comprendan que al dominar con propiedad su idioma están abriéndoles las puertas a las oportunidades.Con 495 millones hispanoparlantes, el español es la segunda lengua que más se habla en el mundo y el tercer idioma de mayor uso en internet. Con más adeptos cada día, se calcula que para el año 2030 el 7,5% de la población mundial hablará castellano llegando a 535 millones. En la medida en que los países hispanoamericanos han ganado importancia como mercados económicos, se ha registrado un incremento en el número de personas que estudian el idioma como segunda lengua, incluso por encima del mandarín. Más allá de los datos estadísticos, hoy la reflexión debe hacerse hacia el español como identidad cultural, del idioma como constructor de nacionalidad y de la defensa de la unidad lingüística para los países iberoamericanos, que permite mantener los lazos y los puentes tendidos entre los pueblos hermanados por su lengua común. En tiempos modernos, en los que la globalización ha borrado las fronteras y la tecnología incentiva la rapidez y la abreviación en las comunicaciones, es obligatorio aceptar que los idiomas están avocados a los cambios. El español no ha sido ajeno a ellos. Por eso ya ni los más puristas del castellano se indignan por la actualización que periódicamente hace la Real Academia de la Lengua a su diccionario, en el que incluye modismos, anglicismos, abreviaturas y nuevas palabras. Diferente es que la evolución del español lleve a la degradación del idioma. El buen uso del lenguaje y el manejo adecuado de su gramática no es negociable. Representa la esencia en la construcción de la cultura que identifica a un pueblo, posibilita sus manifestaciones y es la base para la comunicación y el entendimiento. En el Día del Español bien vale la pena hacer estas reflexiones en un país como Colombia que se siente orgulloso de su lengua, comprender la importancia que tiene el idioma castellano para los países en los que se habla y reafirmar su influencia cada vez mayor en el concierto mundial.

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