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El desafío de la Ocde

Luego de siete años de intenso trabajo, el Gobierno Nacional logró que Colombia fuera admitida en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde.

28 de mayo de 2018 Por: Editorial .

Luego de siete años de intenso trabajo, el Gobierno Nacional logró que Colombia fuera admitida en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde. Es el inicio de un camino que beneficiará a todos los colombianos siempre que se cumplan los compromisos adquiridos en el que se denomina el club de buenas prácticas.

La Ocde no es una entidad de desarrollo o intergubernamental en su estricto sentido ni ofrece recursos o implica realizar tratados especiales. Su objetivo es ante todo asegurar que sus integrantes propendan por crear y mantener buenas prácticas de gobierno que deben traducirse en progreso, desarrollo y confianza en el país que cumpla con los compromisos que se adquieran, en campos como las relaciones laborales, el medio ambiente, los impuestos, la educación o el combate al contrabando.

En ese propósito, Colombia ya ha realizado algunas reformas que demuestran la voluntad de cumplir los principios del club que hoy cuenta con treinta y seis integrantes que representan el 44% del Producto Interno Bruto. Son países en su mayoría de gran desarrollo, capacidad económica y estabilidad institucional, los cuales sirven de modelos para lograr esa especie de certificación de calidad que debe abrir puertas en el contexto económico, político y de administración pública en el mundo.

Por supuesto, a nuestro país le falta aún cumplir compromisos en el campo laboral y de transparencia, así como en materia de gobernabilidad, los cuales deben ser tramitados en los próximos meses. Pero mañana, cuando el presidente Juan Manuel Santos firme en París el acuerdo con el Secretario General de la Ocde, se habrá culminado un proceso que demandó esfuerzo y trabajo de muchos funcionarios, y fueron realizados con prudencia y sin causar traumatismos.

Muchas son las bondades que puede recibir nuestro país de su vinculación a la Organización, que se hará efectiva una vez el Congreso apruebe el acuerdo que firmará el Presidente. Entre ellas estará la posibilidad de participar en el intercambio de sus experiencias en políticas públicas y la perspectiva de acoger muchas de sus recomendaciones, sin que ello implique la obligación de aceptar y aplicar en su integridad todas las decisiones que se tomen en el seno de la Ocde.

El resultado de acatar las recomendaciones y los estudios que salen de la Organización a la cual entrará Colombia será también adquirir conciencia sobre las transformaciones que deben adoptar el sector público y el privado para lograr un desarrollo constante, donde se combatan la inequidad y se estimule la creación de oportunidades para todos los miembros de la sociedad.

El desafío es grande. Se trata de aceptar estándares de los países más desarrollados para impulsar el progreso de la sociedad, sin recurrir a tendencias ideológicas distintas a la democracia y la libertad de sus integrantes. Es tener como mira el buen gobierno basado en la transparencia y en las buenas prácticas, trayendo como consecuencia afortunada la confianza en Colombia y en su Estado de Derecho.

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