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El desafío de Corea

Corea del Norte crece su amenaza. Su nueva demostración de fuerza al lanzar un misil intercontinental, es ya un desafío directo a los Estados Unidos.

30 de julio de 2017 Por: Editorial .

Corea del Norte crece su amenaza. Su nueva demostración de fuerza al lanzar un misil intercontinental, es ya un desafío directo a los Estados Unidos.

Las declaraciones del régimen de Pyongyang no podían ser más provocadoras: “Esta última prueba demuestra la fiabilidad de nuestro cohete balístico intercontinental y la capacidad de lanzarlo por sorpresa en cualquier lugar y a cualquier hora”. Y no se trata de una fanfarronada, de acuerdo con expertos de Estados Unidos este cohete podría alcanzar Los Ángeles, Denver o Chicago, superando el alcance del misil que probaron el pasado 4 de julio y que ya dejó bajo su rango de acción a regiones como Alaska o Hawai.

La preocupación de Estados Unidos y sus más cercanos aliados en la zona, Corea del Sur y Japón, no es exagerada. El régimen de Kim Jong-un ha demostrado que sus amenazas son reales y que no está jugando en su deseo de convertirse en una potencia nuclear.

Su consiguiente manifestación al anunciar que “todo el territorio continental de Estados Unidos está ahora a nuestro alcance” provocó la reacción del gobierno de Donald Trump que había prometido en campaña bloquear cualquier intención de Corea del Norte de ingresar al club de países con desarrollo armamentístico nuclear. Por primera vez en la historia, el país norteamericano siente la llegada de la guerra a su territorio.

Por lo pronto, el presidente de Estados Unidos reaccionó a través de Twitter y la carga inicial fue contra el gobierno chino. Trump acusó al gobierno de Beijing de no hacer nada para disuadir a Corea del Norte de sus ambiciones nucleares.

Esta reacción fue acompañada del envío de bombarderos B-1B que sobrevolaron a Corea. Al mismo tiempo, con Corea del Sur acordaron desplegar más baterías antimisiles y permitir que este último desarrolle cohetes con capacidad para atacar a su vecina del norte, lo que promete una escalada militar que aumentará en las próximas semanas.
Sin embargo, pese a que la tensión en la zona ha aumentado este año, analistas dudan que se pueda llegar a una confrontación por los enormes costos en vidas humanas que tendría una acción de este tipo. Aunque Trump ha reiterado que ha perdido la paciencia con el régimen de Kim Jong-un, los escasos kilómetros que separan a Corea del Sur del volátil gobierno comunista hacen improbable iniciar una guerra sin valorar las terribles consecuencias que tendría.

Lo cierto es que la política apaciguadora ya no tiene cabida. La pregunta entonces es qué tipo de acciones pueden servir para disuadir a Corea del Norte. Lo más probable es que continúen las sanciones comerciales que incluso han afectado a países como China. Pero no resulta muy convincente que esta presión sea la que obligará a Pyongyang a ceder en sus pretensiones.

Lo que sí parece ser clave, y eso lo sabe Trump, es que si China no se compromete en condenar y sancionar a Corea del Norte, no habrá ninguna salida diplomática a la tensión creada en la Península. Por ahora lo que sí es evidente es que la tensión promete subir y el mundo seguirá pensando qué hacer antes de llegar a la confrontación militar.

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