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El debate es necesario

"Ante la importancia que tienen para cada uno de los colombianos, la salud, la crisis del sistema, la posibilidad de cambiar de modelo y la definición de nuevas responsabilidades a cargo del Gobierno, deberían haber llenado el tiempo de los legisladores. Y las cámaras de televisión, que son reclamadas con vehemencia en el recinto, en algunas ocasiones como requisito previo para realizar un debate, deberían estar llevando en detalle el debate público a los hogares de los ciudadanos. Era la oportunidad de rescatar en algo la deteriorada imagen del Congreso, mostrando la dedicación de sus integrantes al estudio y la deliberación de un asunto crítico en las relaciones del Estado con los ciudadanos".

6 de octubre de 2013 Por:

"Ante la importancia que tienen para cada uno de los colombianos, la salud, la crisis del sistema, la posibilidad de cambiar de modelo y la definición de nuevas responsabilidades a cargo del Gobierno, deberían haber llenado el tiempo de los legisladores. Y las cámaras de televisión, que son reclamadas con vehemencia en el recinto, en algunas ocasiones como requisito previo para realizar un debate, deberían estar llevando en detalle el debate público a los hogares de los ciudadanos. Era la oportunidad de rescatar en algo la deteriorada imagen del Congreso, mostrando la dedicación de sus integrantes al estudio y la deliberación de un asunto crítico en las relaciones del Estado con los ciudadanos".

Como sucedió el año pasado con la reforma a la Justicia, la legislatura de este año debió transcurrir alrededor de la Salud y la crisis que pone en riesgo la prestación de un servicio público vital para la sociedad. Sin embargo, los desarrollos del trámite, la ausencia de debate y las maniobras que se han hecho evidentes en el Congreso, hacen temer por una frustración más y por una decisión que puede ser tomada a espaldas de la Nación.Ante la importancia que tienen para cada uno de los colombianos, la salud, la crisis del sistema, la posibilidad de cambiar de modelo y la definición de nuevas responsabilidades a cargo del Gobierno, deberían haber llenado el tiempo de los legisladores. Y las cámaras de televisión, que son reclamadas con vehemencia en el recinto, en algunas ocasiones como requisito previo para realizar un debate, deberían estar llevando en detalle el debate público a los hogares de los ciudadanos. Era la oportunidad de rescatar en algo la deteriorada imagen del Congreso, mostrando la dedicación de sus integrantes al estudio y la deliberación de un asunto crítico en las relaciones del Estado con los ciudadanos.Infortunadamente, no ha sido así. Lo que se oye es la denuncia sobre el ausentismo de los senadores en las sesiones, a la par con el uso del reglamento en lo referente a los impedimentos de los legisladores. Todo lo cual impide el debate abierto y transparente que espera la Nación para saber a qué atenerse en cuanto a un servicio público que fue declarado derecho fundamental en la legislatura pasada. Y más grave aún, se conoce de las reuniones permanentes que algunos grupos de presión provenientes de sector y las actuales entidades relacionadas con él, realizan en la antesala del recinto donde se debería decidir el proyecto y en los pasillos de la sede del Órgano Legislativo. En términos precisos, debe decirse que la reforma a la salud no ha tenido el trámite que todos los colombianos esperan. Y las maniobras que se están denunciando indican que no habrá la discusión abierta y democrática que se espera sobre el tema de mayor importancia para el país. Lo que anticipa desde ya la votación masiva y atropellada de última hora, seguida de las consabidas comisiones conciliatorias y de los inevitables rumores malsanos que, como de costumbre, destruyen la credibilidad de los legisladores.Es algo similar a lo que ocurrió con la reforma a la Justicia y que terminó en un episodio bochornoso. Sólo que ahora está adornado con la intervención descarada de quienes pretenden que se legisle para defender sus intereses por encima de la obligación de reformar todo el sistema para detener su colapso. Que se tomen medidas para impedir la ruina que amenaza la red hospitalaria pública y para responder a una sociedad que debe recurrir a los jueces y no a los médicos para que se les reconozcan los servicios a que tienen derecho. Hasta ahora, los Legisladores les están quedando mal a los colombianos que esperan de ellos el cumplimiento de las obligaciones para las cuales fueron elegidos. Situación grave, cuando la Salud amenaza ruina y faltan pocos meses de las elecciones que renovarán el Congreso de la República.

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