El pais
SUSCRÍBETE

El clamor del Valle

Varios meses completa ya la solicitud que le hacen las autoridades y los dirigentes del Valle al Gobierno Nacional para que se definan y ejecuten las obras necesarias para la infraestructura de la región.

13 de octubre de 2019 Por: Editorial .

Varios meses completa ya la solicitud que le hacen las autoridades y los dirigentes del Valle al Gobierno Nacional para que se definan y ejecuten las obras necesarias para la infraestructura de la región. Sin embargo, las respuestas parecen seguir en el aire y la inconformidad sigue creciendo ante lo que está sucediendo.

El reclamo es el mismo de siempre en cuanto a la culminación de una vía, de un compromiso solemne de varios Gobiernos, incluyendo el que preside el doctor Iván Duque. Se trata de la carretera a Buenaventura, que en su última etapa, la de la doble calzada, lleva ya veinticinco años. Como la vía al llano que muestra desesperados esfuerzos por rehabilitarla, la carretera más importante para el comercio internacional y para unir el país con el océano Pacífico es de vital importancia para toda la Nación colombiana.

No obstante, ahora está detenida, no tiene asignado un operador y le faltan dos tramos vitales para su terminación, en las cercanías a Buenaventura y entre Buga y Mediacanoa. Aún más, un derrumbe peligroso que se presentó en marzo, hace siete meses, en el kilómetro 89 del trayecto Buga Loboguerrero, apenas está en estudios y no parece haber el mayor interés en las altas esferas para hacer la reparación.

Y qué decir del mantenimiento de la malla vial, en manos del Instituto Nacional de Vías desde que el concesionario lo devolvió. Un recorrido por el trayecto comprendido entre Cali y el aeropuerto de Palmaseca muestra ya el deterioro de la carpeta asfáltica y la presencia de huecos en una vía de alta velocidad, mientras las cifras de los recaudos por peajes en el Valle no son dadas a conocer ni parecen ser usadas en el mantenimiento y ampliación de una red de carreteras fundamental para conectar al sur de Colombia con el resto del país.

Otra suerte pero con los mismos resultados en la morosidad para ejecutarla está padeciendo la posibilidad de construir la vía Mulaló Loboguerrero que acortará por lo menos una hora el tiempo de llegada a Buenaventura y ahorrará combustible y desgaste a los transportadores que la utilicen. Adjudicado a un consorcio que la realizará mediante el mecanismo de Asociación Público Privada, el proyecto sigue a la espera de una licencia de la Anla que, según su última decisión, demorará por lo menos dos años más en empezar.

Y quedan en la incertidumbre también la posibilidad de completar la malla vial en los lados de Palmira o la construcción de la doble calzada entre Santander de Quilichao y Popayán. Son obras de gran importancia estratégica para el suroccidente del país que parecen dormir el sueño de los justos, a la espera de que algún funcionario de alto nivel comprenda la importancia de integrar a esas regiones y las impulse para bien de los colombianos que allí residen y de la economía nacional.

Son muchas las necesidades que debe atender la Nación en el Valle, las que aún no tienen un compromiso serio ni la certeza que debe existir. Obras que han sido compromisos pero aun navegan en la incertidumbre producida por un centralismo al parecer hermético ante las demandas de la provincia. Ese es el reclamo del Valle.

AHORA EN Editorial