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El año de los bosques

"...Cuando se sabe que los bosques tropicales absorben el 18% del dióxido de carbono emitido por los combustibles fósiles como la gasolina, que las reservas forestales son sinónimo de vida en la medida en que en ellas nace o se protege el 70% del agua que riega al país, o que los bosques contienen el 80% de la biodiversidad del Planeta, hay que reaccionar...".

23 de abril de 2011 Por:

"...Cuando se sabe que los bosques tropicales absorben el 18% del dióxido de carbono emitido por los combustibles fósiles como la gasolina, que las reservas forestales son sinónimo de vida en la medida en que en ellas nace o se protege el 70% del agua que riega al país, o que los bosques contienen el 80% de la biodiversidad del Planeta, hay que reaccionar...".

Los bosques de Colombia parecen hoy en peligro. Un temor fundamentado, que nace de mirar las consecuencias de décadas de abusos que cada año deforestan 336.581 hectáreas en el país. Y sobre todo, de ver la indiferencia hacia el que en poco tiempo será el problema más grave para la Nación y para el resto de la humanidad.La celebración del Año Internacional de los Bosques que proclamó la ONU y se inició oficialmente esta semana en Colombia, de nuevo ha puesto las miradas sobre el daño a los recursos forestales. Vuelven los diagnósticos sobre la tala indiscriminada de bosques que causan el narcotráfico, las actividades agropecuarias incontroladas, la explotación irracional de madera o las excavaciones mineras. Y de nuevo se cuenta que los bosques ocupan el 40% del territorio nacional, y aquí se concentra el 6% del total de los que hay en el Planeta. Entonces se recuerda la importancia de conservarlos.También se conocen datos que llevan consigo la urgencia de superar la etapa de los diagnósticos y pasar a las acciones si se quiere preservar la mayor riqueza natural que tiene el país, la que es también un tesoro para el mundo. Los bosques de Colombia reciben cada año 24 megatoneladas de emisiones de dióxido de carbono que produce la Nación, más otras 6 megatoneladas que llegan de afuera.Al actual ritmo de deforestación y con la poca efectividad que tienen las acciones para reducir las emisiones de gases contaminantes en el mundo, especialmente las de aquellas potencias industriales que se niegan a suscribir el Protocolo de Kyoto, la pregunta es hasta cuándo tendrán capacidad de almacenamiento los bosques nacionales, antes de que se saturen sus reservas de carbono y tengan que entregar esa contaminación a la atmósfera. Sólo como ejemplo, se calcula que durante la última sequía en la región Amazónica, ocurrida en el 2010, se liberaron cerca de 6.000 millones de toneladas de gases con efecto invernadero. Cuando se sabe que los bosques tropicales absorben el 18% del dióxido de carbono emitido por los combustibles fósiles como la gasolina, que las reservas forestales son sinónimo de vida en la medida en que en ellas nace o se protege el 70% del agua que riega al país, o que los bosques contienen el 80% de la biodiversidad del Planeta, hay que reaccionar. Sobre todo cuando la naturaleza le está diciendo a la humanidad que si no la cuida se enfrentará a tragedias de proporciones cada vez más terribles. Hay una relación directa entre deforestación, pérdida de la biodiversidad y cambio climático. En los bosques se regulan los ciclos hidrológicos, se protegen los suelos contra la erosión, se genera vida. La corresponsabilidad, además de la protección y la sostenibilidad, deberían ser entonces los propósitos a concretar en este Año Internacional de los Bosques. Que se le reconozca a Colombia su importancia en la generación y preservación de la vida a través de sus sistemas forestales, y se le aporten los recursos y acciones que necesita para proteger sus bosques. El beneficio será para siete mil millones de seres humanos.

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