El pais
SUSCRÍBETE

El ajedrez de Siria

"La paz en Siria sigue siendo remota, pero aparecen desarrollos en el complejo ajedrez, en el cual Turquía cumple un nuevo papel con su acuerdo con la Unión Europea, mientras Moscú y Washington tienen de nuevo la palabra".

21 de marzo de 2016 Por:

"La paz en Siria sigue siendo remota, pero aparecen desarrollos en el complejo ajedrez, en el cual Turquía cumple un nuevo papel con su acuerdo con la Unión Europea, mientras Moscú y Washington tienen de nuevo la palabra".

La guerra en Siria parece tomar un rumbo distinto. Empezó una tregua, Rusia sacó la mayor parte de sus efectivos militares y 28 países de la Unión Europea y Turquía acordaron un pacto para devolver a quienes pretendan ingresar por el Egeo.Aunque nadie cree en el acuerdo con la oposición no proclive al Estado Islámico, Siria lleva ya dos semanas con muestras sensibles sobre la reducción del conflicto. Son días preciosos en que, sin que pueda cantarse el cese el fuego y el final de su tortura, los sobrevivientes han podido recibir alguna clase de ayuda.Y aunque la salida del contingente ruso signifique también un cambio en la confrontación porque se reduce la capacidad de ataque de Bashar Al-Ássad contra sus rivales, es iluso pensar que Vladimir Putin abandona el escenario. Para él, Siria es la presencia de Rusia en la región y estará dispuesto a regresar cuantas veces sea necesario.El otro aspecto es la necesidad de la Unión Europea de detener el flujo de inmigrantes que atraviesan el mar hacia Europa en busca de abrigo. Para ello firmó un acuerdo con Turquía que asumirá el papel de vigía y policía en la zona, a cambio de beneficios que, a la luz de la legislación internacional sobre refugiados, suenan cuestionables. No necesariamente los tres mil millones de euros que percibirá esa nación en 2018 por hacer la tarea, sumados a otros tres mil recibidos con anterioridad. Muchos olvidan que Turquía alberga ahora mismo 2,7 millones de sirios, lo que la hace justa acreedora a ese pago. Parece oportunista y poco ético que por hacer ese trabajo la UE prometa a Turquía acelerar su ingreso como miembro de la Unión, que los turcos han visto aplazar una y otra vez. O que ahora, desde julio próximo, los nacionales turcos no necesiten visa para entrar a un espacio en que el que suele vérseles como potenciales enemigos.Igual, el acuerdo es un hecho. Entró en práctica ayer y en quince días comenzarán las expulsiones. Los costos se verán en el camino, comenzando por los que paga la propia Turquía, acorralada entre su crisis política y económica, y las acciones terroristas en Ankara y Estambul. Aunque en principio no lo pare, la salida de las tropas rusas de Siria puede ser una pieza que cuadre con la anterior. Por primera vez, desde cuando comenzó la guerra, hay reducción en la diáspora. Siria sigue siendo un infierno, pero los bombardeos de la aviación de Vladimir Putin alteraron el curso de la guerra, a lo que se suma la cada vez mayor imposibilidad de huir al extranjero. Hoy, el presidente Bashar al-Ásad tiene más poder, pero su salida (quién sabe si a Irán) forma parte de la mejor de las soluciones. La variopinta oposición, golpeada por los rusos, se muestra como una alternativa, por primera vez en todo el conflicto. Por la misma vía, el Estado Islámico ha sufrido los golpes más contundentes. La paz en Siria sigue siendo remota, pero aparecen desarrollos en el complejo ajedrez, en el cual Turquía cumple un nuevo papel con su acuerdo con la Unión Europea, mientras Moscú y Washington tienen de nuevo la palabra.

AHORA EN Editorial