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Egipto: ¿Vuelven los militares?

"El empecinamiento del Gobierno en mantener vigente la nueva Constitución pese a la oposición cerrada de los jóvenes que hicieron posible el derrocamiento de Hosni Mubarak, ha desencadenado una ola de violencia que aumentó en este mes de enero cuando se cumplió el segundo aniversario de la revuelta en la Plaza de Tahir".

1 de febrero de 2013 Por:

"El empecinamiento del Gobierno en mantener vigente la nueva Constitución pese a la oposición cerrada de los jóvenes que hicieron posible el derrocamiento de Hosni Mubarak, ha desencadenado una ola de violencia que aumentó en este mes de enero cuando se cumplió el segundo aniversario de la revuelta en la Plaza de Tahir".

Desde la aprobación del proyecto de nueva Constitución en Egipto a finales de diciembre pasado, el país se ha polarizado y dividido en dos mitades radicalizadas la una contra la otra. Ahora, la aprobación de un referendo cuyo resultado es tachado de fraudulento, amenaza con generar una catástrofe de proporciones inimaginables.Aunque el Gobierno defiende el proyecto como un factor de estabilidad, la oposición dice que, como están las cosas, la Constitución está determinando el futuro del país en términos islamistas. El principal argumento para oponerse a ella es que fue escrita por una asamblea constituyente dominada por el deseo de imponer un régimen basado en la religión. Muchas personas dicen que esta Constitución fue escrita “por los Hermanos de los Hermanos” y no por el resto de Egipto.El empecinamiento del Gobierno en mantener vigente la nueva Constitución pese a la oposición cerrada de los jóvenes que hicieron posible el derrocamiento de Hosni Mubarak, ha desencadenado una ola de violencia que aumentó en este mes de enero cuando se cumplió el segundo aniversario de la revuelta en la Plaza de Tahir. Los principales centros de las manifestaciones y de la violencia han sido las ciudades de Suez, El Cairo e Ismailiya, donde los manifestantes prendieron fuego a la sede del partido político de los Hermanos Musulmanes.El Gobierno implantó un toque de queda que ha sido desobedecido por la población, que sigue congregándose en la plaza Tahir y en otros centros simbólicos de la ‘Primavera Árabe’. La decepción de la juventud es total. La opinión de Rashed Mahmoud Rashed, un fotógrafo de 30 años, parece sintetizar las declaraciones de cientos de activistas entrevistados por los corresponsales extranjeros.Para este joven opositor “la revolución habría sido algo bueno si hubiéramos podido cambiar el país. Pero nos deshicimos de Mubarak sólo para entregar el país a un islamista que solía estar en la cárcel. Simplemente no puedes darle el país a alguien que estaba en prisión. Los que iniciaron la revolución eran jóvenes, pero ninguna de sus demandas se ha cumplido. Estoy preocupado sobre los resultados de esta nueva revolución, porque los islamistas están tomando el control del país. No siento ninguna diferencia entre Mubarak y Morsi”.Así las cosas no parece posible ningún entendimiento. Por eso las protestas siguen y ya se cuentan en más de 50 los civiles muertos. Aunque el Ejército patrulla las calles nadie hace caso del toque de queda y cada enfrentamiento radicaliza aún más a los manifestantes. De allí que el jefe del Ejército, general Abdel Faffah al-Sisi, indicó que el conflicto político del país puede conducir al colapso del Estado y amenazar a futuras generaciones.El General emitió su advertencia en una larga declaración después de que miles de personas desafiaron un toque de queda presidencial para protestar en tres ciudades cercanas al Canal de Suez. ¿Amenaza de golpe? Sí. En Egipto los militares han estado en el poder mucho tiempo más que los civiles. Y si los Hermanos Musulmanes siguen en su empecinamiento, pueden llevar las cosas hasta ese extremo.

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