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Educación vial

"¿Qué puede haber más grave en cuestión de movilidad, que una ciudad donde impera el desconocimiento, el irrespeto y la negación? ¿Qué otra explicación puede haber al desorden y alto número de accidentes y comparendos en Cali, que la ausencia de una educación vial. Y más que la ausencia, la poca preocupación que existe por implementar la norma?"

29 de junio de 2011 Por:

"¿Qué puede haber más grave en cuestión de movilidad, que una ciudad donde impera el desconocimiento, el irrespeto y la negación? ¿Qué otra explicación puede haber al desorden y alto número de accidentes y comparendos en Cali, que la ausencia de una educación vial. Y más que la ausencia, la poca preocupación que existe por implementar la norma?"

Ausencia de educación vial. Esa parece ser la constante que predomina en las vías caleñas. Constante que por demás se ha convertido en el dolor de cabeza de las autoridades y que se refleja en las estadísticas del Fondo de Prevención Vial, que datan 65.622 caleños multados en los primeros cinco meses del año.Seguramente esa ausencia de educación sea otro síntoma de la pérdida de cultura ciudadana, mezclada con la falta de preparación de los conductores, que cada vez asisten menos a las escuelas de conducción, a pesar de la enorme responsabilidad que conlleva manejar un vehículo. Y a pesar de los ajustes que en materia de legislación se han hecho en Colombia para castigar a quienes conducen tras haber consumido licor.Las cifras no mienten. De los 500 comparendos que se imponen a diario en Cali, la mayoría corresponde a conductores que se negaron a cumplir las normas, lo que obliga a que se inmovilicen 200 vehículos en promedio al día. Conductores que giraron a la izquierda en lugares no permitidos, que estacionaron en sitios prohibidos, que hablaban por celular mientras conducían, que no llevaban cinturón de seguridad, que transitaban en contravía o que se pasaron un semáforo en rojo, por citar algunos casos.Tal y como lo reveló El País el pasado domingo, quizás lo más preocupante sea que el 50% de los sancionados no conozca el Código de Tránsito, lo que explica en gran medida su comportamiento al volante. Porque es apenas evidente que alguien que desconoce la norma difícilmente pueda cumplirla. Y si a esto le agregamos que 30 de cada cien infractores niegan haber cometido la falta, mientras que tres de cada diez tratan de sobornar a la autoridad, el panorama resulta más que desalentador.Eso sin contar que la principal razón por la que se sanciona a los conductores caleños es el no tener su revisión técnico mecánica al día, que el 70% del total de las multas son para motociclistas y que los taxistas, conductores de transporte público, se llevan un alto porcentaje de la tajada de sanciones. Tan sólo en mayo fueron multados 921 de ellos. Todo un peligroso coctel de conductas inapropiadas, que explica el caos que padecemos a diario.¿Qué puede haber más grave en cuestión de movilidad, que una ciudad donde impera el desconocimiento, el irrespeto y la negación? ¿Qué otra explicación puede haber al desorden y alto número de accidentes y comparendos en Cali, que la ausencia de una educación vial. Y más que la ausencia, la poca preocupación que existe por implementar la norma?Porque la indisciplina de los conductores se conjuga además con la mínima importancia que se tiene por el rol que cumplen. Porque se subestima el vehículo. Porque se cree que lo único necesario es tener el seguro contra robos y la licencia de conducción, para transitar las vías de la ciudad.Frente a esto resultan insuficientes campañas con tan buena filosofía como la que promueve la inteligencia vial. Y serán insuficientes hasta que no exista una verdadera conciencia por parte de los conductores y por parte de la autoridad, que más que sancionar debe concentrar sus esfuerzos en educar.

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