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Dudas en Centroamérica

"Como fuere, con independencia de los triunfadores, será una realidad la fuerte representación política de la izquierda en ambas naciones. Lo que significa que el equipo formado por Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, puede convertirse en un foco de desavenencias en la débil región centroamericana".

3 de febrero de 2014 Por:

"Como fuere, con independencia de los triunfadores, será una realidad la fuerte representación política de la izquierda en ambas naciones. Lo que significa que el equipo formado por Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, puede convertirse en un foco de desavenencias en la débil región centroamericana".

Ayer acudieron a las urnas los ciudadanos de El Salvador y Costa Rica, en las elecciones presidenciales, en medio de una compleja situación que no permite tener aspirantes lo suficientemente fuertes como para imponerse en una primera vuelta.Las dos pequeñas naciones afrontan un reto similar con una ciudadanía dividida, casi por igual, entre partidarios de una propuesta de izquierda y otra de derecha. Más claro el asunto en El Salvador, con un gobierno presidido por el izquierdista Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FFMLN), y más confuso en Costa Rica, cuyo gobierno lo comanda Laura Chinchilla, un personaje perteneciente a la política tradicional de su nación.En este país, entre los 13 candidatos inscritos, los cuatro con más apoyo según las encuestas son Johnny Araya, del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata); José María Villalta, del izquierdista Frente Amplio; Luis Guillermo Solís, del centro izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC), y Otto Guevara, del derechista Movimiento Libertario.Que en ambos países existan opciones claras para candidatos de movimientos de izquierda llama la atención de los analistas internacionales. Resulta explicable en uno de ellos, El Salvador, una de las naciones más pobres del mundo, que eligió en el 2009 al izquierdista Mauricio Funes. Pero lo mismo no sucede en Costa Rica, donde el manejo del Estado por fuerzas de centro derecha ha llevado bienestar y progreso a la sociedad. Según fuentes internacionales Costa Rica fue el país que registró la mayor esperanza de vida de América Latina (79,4 años). Es el más democrático de Latinoamérica, según la Fundación Konrad Adenauer, por la alta participación de mujeres en cargos de elección popular, la abundante participación de partidos en el Congreso y la eficiencia y cobertura en servicios de salud y educación. En América Latina es el menor déficit habitacional, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y según Latin Security Index, Latin Business Chronicle (FTI Consulting), es el más seguro de Latinoamérica.Pero está claro que todos estos buenos indicadores de la llamada ‘Suiza de América’ no significan que se hayan resuelto los principales problemas de la población y, en especial, erradicar esa plaga de las democracias occidentales que es la corrupción. Las dificultades actuales del gobierno de Laura Chinchilla, una mujer muy respetada, se debe a escándalos que involucran a personalidades del partido de gobierno. También al hecho de que el candidato izquierdista José María Villada ha hecho una muy inteligente y carismática campaña.Como fuere, con independencia de los triunfadores, será una realidad la fuerte representación política de la izquierda en ambas naciones. Lo que significa que el equipo formado por Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, puede convertirse en un foco de desavenencias en la débil región centroamericana.Colombia, que limita con Nicaragua y Costa Rica, debe estar alerta ante estos desarrollos.

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