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Dos años de gobierno

Y está la política con resultados paradójicos. Nunca en la historia un Gobierno había logrado construir una coalición del tamaño de la Unidad Nacional. Pero tampoco se había producido un fracaso tan rotundo como el de la reforma a la justicia. Así mismo parece insólito que el expresidente Álvaro Uribe, quien hizo posible la elección de Santos como su sucesor, hoy sea su más grande opositor, ante el derrumbe que experimenta el Polo Democrático Alternativo.

5 de agosto de 2012 Por:

Y está la política con resultados paradójicos. Nunca en la historia un Gobierno había logrado construir una coalición del tamaño de la Unidad Nacional. Pero tampoco se había producido un fracaso tan rotundo como el de la reforma a la justicia. Así mismo parece insólito que el expresidente Álvaro Uribe, quien hizo posible la elección de Santos como su sucesor, hoy sea su más grande opositor, ante el derrumbe que experimenta el Polo Democrático Alternativo.

Éxitos indudables frente a problemas que demandan soluciones y correctivos; reconocimientos merecidos frente al aumento de críticas y el surgimiento de una inesperada oposición; y la esperanza de que los próximos dos años sean suficientes para concretar la gestión de un gobierno que debe definir la transformación que necesita Colombia para superar sus dificultades. Ese es el contraste que muestran los dos años del gobierno del presidente Juan Manuel Santos. No obstante los resultados de algunas encuestas sobre percepción de sus ejecutorias, lo cierto es que la Nación está experimentando cambios positivos en asuntos tan importantes como la generación de empleo y el crecimiento de la economía, además del impulso notorio a políticas dirigidas a promover la construcción de vivienda para los sectores sociales con menor capacidad económica. Así mismo, y aunque sigue sin aclarase la posición del gobierno de Venezuela frente a las Farc y el ELN, es necesario reconocer el vuelco en las relaciones internacionales. Queda también la sensación de que el Gobierno ha montado ya las bases para desarrollar una política seria con respecto a la restitución de tierras y el resarcimiento a las víctimas, quizás la deuda social más importante de nuestra Nación. Y se sabe de los esfuerzos que se hacen en materia financiera y administrativa para dar el impulso que requiere la transformación de la infraestructura como requisito indispensable para afrontar los cambios que demandan los tratados de libre comercio. La seguridad es quizás el punto más polémico de la gestión. Debe reconocerse que pese a los avances alcanzados en los últimos diez años, la lucha contra el terrorismo está en una etapa crucial más no ha llegado a su fin. Por eso, y sin que ello signifique silenciar la crítica, lo importante es mantener la unión y fortalecer el respaldo a la Fuerza Pública, alejándola del debate político. En ese orden de ideas, el cambio de estrategia de las Farc después de acusar los severos golpes propinados a su dirigencia, exige al gobierno responder en forma adecuada. Como es obligado reconocer los avances de la política de seguridad ciudadana, pese al incremento de delitos como el robo a celulares, los de mayor impacto en la sensación de inseguridad de los ciudadanos. Y está la política con resultados paradójicos. Nunca en la historia un Gobierno había logrado construir una coalición del tamaño de la Unidad Nacional. Pero tampoco se había producido un fracaso tan rotundo como el de la reforma a la justicia. Así mismo parece insólito que el expresidente Álvaro Uribe, quien hizo posible la elección de Santos como su sucesor, hoy sea su más grande opositor, ante el derrumbe que experimenta el Polo Democrático Alternativo.Al presidente Santos le quedan dos años para concretar su obra de gobierno y menos de diez meses para decidir si aspira a su reelección. Por lo pronto, y por encima de las inquietudes que pueden ocasionar los resultados de las encuestas, su compromiso como Presidente de la República debe ser darle prioridad a los asuntos de la Nación antes que a sus legítimos afanes de continuar otros cuatro años en el cargo.

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