El pais
SUSCRÍBETE

Deseos de Navidad

El día de Navidad, fecha en que se celebra el nacimiento de Jesús, es día de celebración por el significado que tiene para el mundo cristiano. Pero también de serenidad, de solidaridad y de catarsis, que es ese estado de ánimo inmaculado que se produce con la contemplación de la belleza. Noche de paz, en la voz de niños fervorosos y convencidos del milagro de la natividad, produce todo aquello.

24 de diciembre de 2013 Por:

El día de Navidad, fecha en que se celebra el nacimiento de Jesús, es día de celebración por el significado que tiene para el mundo cristiano. Pero también de serenidad, de solidaridad y de catarsis, que es ese estado de ánimo inmaculado que se produce con la contemplación de la belleza. Noche de paz, en la voz de niños fervorosos y convencidos del milagro de la natividad, produce todo aquello.

Noche de paz, noche de amor, todo duerme en rededor, dice la inmortal canción del sacerdote Joseph Mohr   y el maestro de escuela y organista Francis Xaver Grube. Este villancico, considerado una de las más bellas canciones del mundo y de la historia, representa de manera perfecta el sentimiento navideño de los cristianos.El día de Navidad, fecha en que se celebra el nacimiento de Jesús, es día de celebración por el significado que tiene para el mundo cristiano. Pero también de serenidad, de solidaridad y de catarsis, que es ese estado de ánimo inmaculado que se produce con la contemplación de la belleza. Noche de paz, en la voz de niños fervorosos y convencidos del milagro de la natividad, produce todo aquello.Y siempre sucede un milagro: los espíritus exaltados se tranquilizan, las familias se unen alrededor de los pesebres o de los árboles nevados, y aun los más avaros sienten deseos de compartir y regalar. Los niños jamás olvidan las navidades porque en ellas todo es amor, buen ánimo y felicidad compartida. Forma parte de los placeres de la infancia y les permite imaginar un mundo en que el amor y la caridad predominan.Se trata de un sueño, un sueño bello, pero sueño al fin y al cabo. Pues la realidad de la vida se parece poco a la bondad que aflora en el día de Navidad. Más aún en un país como Colombia, atravesado por múltiples violencias y donde la vida, honra y bienes de las personas penden un hilo delgado. Sin embargo soñamos con una patria mejor y más tranquila. Los días navideños nos sirven de parangón para imaginar una sociedad colombiana en la que reinen la paz y la concordia que nos enseñó Jesús de Nazareth.Y mientras más dificultades se nos presentan y más oscuro se nos presenta el horizonte más fuerte soñamos con lo que no tenemos y nos hace falta. De allí que la mayoría de los ciudadanos del país tenga fervientes esperanzas en que los diálogos de paz en La Habana arriben a buen puerto. De acuerdo con las encuestas, el 65 % de los colombianos quiere la paz y desea que aquellas conversaciones terminen en forma exitosa. Y el Gobierno Nacional hace esfuerzos por lograr que sus interlocutores en la mesa de diálogo cambien su mentalidad y permitan el acuerdo que Colombia espera.Pero la tranquilidad del ánimo también depende de la reciprocidad que muestren aquellos con los que entramos en relación. Perdonar y pedir perdón es una obligación mutua, que compromete tanto a agredidos como a agresores. Lograr que la “noche de paz” se prolongue hasta abarcar la vida cotidiana de los colombianos, requiere que los violentos de corazón se desarmen y entiendan que el perdón, esa obligación cristiana, se obtiene con actuando con sinceridad y sin ventajas.Hoy Colombia quiere que la “noche de paz”, sea más que una ocasión excepcional y que todas nuestras noches sean como aquella, donde se pueda volver a pescar en los ríos, sin peligro. Que el espíritu de la Navidad contagie los sentimientos de todos los colombianos, de los justos y los niños, y, en especial, de los que insisten en la violencia, es nuestro deseo más sincero.

AHORA EN Editorial