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Cumbre en La Habana

Con la presencia del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, en La Habana habrá también una nueva versión del tradicional discurso contra el imperialismo capitalista, la razón por la cual se creó una Comunidad que excluye a los Estados Unidos y Canadá. Y claro, no se hablará para nada de los peligros que padece la democracia en Venezuela, o en Cuba.

28 de enero de 2014 Por:

Con la presencia del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, en La Habana habrá también una nueva versión del tradicional discurso contra el imperialismo capitalista, la razón por la cual se creó una Comunidad que excluye a los Estados Unidos y Canadá. Y claro, no se hablará para nada de los peligros que padece la democracia en Venezuela, o en Cuba.

Con su reunión en La Habana, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, Celac, inaugurará la serie de cumbres tan de gusto de algunos mandatarios pero de tan pocos resultados prácticos para las naciones que representan. A partir de mañana y durante dos días se oirán de nuevo las declaraciones de fraternidad y el propósito de estrechar los lazos de amistad “aún más si cabe”, a pesar de que las realidades demuestran el contraste marcado entre quienes pretenden imponer ideologías y quienes representan países empeñados en crear economías sanas que, basadas en la libertad de empresa y el respeto por la democracia, construyen progreso y ayudan a ofrecer más y mejores oportunidades. Esa es la gran paradoja de América Latina. Además de las consabidas declaraciones formales que han sido trabajadas por las delegaciones y los cancilleres durante los días previos, en Cuba se escucharán de nuevo las exigencias para que Estados Unidos levante el bloqueo económico contra la isla gobernada por los Castro Ruz durante 55 años. Como novedad, estará el reclamo por la presencia de Puerto Rico en la Celac, una manera de obligar a que se separe de los Estados Unidos y de desconocer las múltiples votaciones en las que el pueblo de esa isla ha reiterado su decisión de mantenerse como Estado Asociado.Con la presencia del Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, en La Habana habrá también una nueva versión del tradicional discurso contra el imperialismo capitalista, la razón por la cual se creó una Comunidad que excluye a los Estados Unidos y Canadá. Y claro, no se hablará para nada de los peligros que padece la democracia en Venezuela, o en Cuba. Y aunque Colombia propondrá acciones para derrotar la pobreza en la región, menos se hablará de la crisis económica que padecen los hogares de esos países, o el drama que está golpeando los bolsillos de los argentinos, víctimas claras del populismo y las decisiones que persiguen la iniciativa privada.Por supuesto, es de esperar un clamoroso respaldo a los diálogos que el Gobierno de Colombia adelanta con las Farc en Cuba. Será el reconocimiento a la iniciativa por tratar de terminar por métodos civilizados el conflicto que durante décadas ha causado grandes daños y un enorme número de víctimas. Es de esperar que ese respaldo a los diálogos sea escuchado por los delegados de la guerrilla como la voz de un mundo al cual le parece inexplicable una violencia que lleva ya 60 años ocasionando tragedias y tristezas. El próximo miércoles se conocerá el documento final de la II Cumbre de la Celac, que ya ha sido acordado por los cancilleres de los países asistentes, el cual incluye la designación de Costa Rica como la sede del encuentro en el 2015. Entonces regresará la normalidad, sin que, de nuevo, las formalidades y los abrazos de los jefes de gobierno sirvan para asegurar que se ha logrado la unión panamericana que soñó el libertador Simón Bolívar, aquella en que las libertades y los derechos de los ciudadanos son la base para la prosperidad de América Latina y el Caribe.

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