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Crece el daño

Dos años atrás el informe Planeta Vivo, realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, afirmaba que desde 1970 la población mundial de animales vertebrados había disminuido en un 52%. La investigación más reciente subió esa cifra al 58% y prevé que antes de finalizar esta década será del 67%. Es la extinción lenta, imperceptible para la mayoría, a la que los seres humanos están sometiendo a su gran hogar.

29 de octubre de 2016 Por:

Dos años atrás el informe Planeta Vivo, realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, afirmaba que desde 1970 la población mundial de animales vertebrados había disminuido en un 52%. La investigación más reciente subió esa cifra al 58% y prevé que antes de finalizar esta década será del 67%. Es la extinción lenta, imperceptible para la mayoría, a la que los seres humanos están sometiendo a su gran hogar.

El daño que la humanidad causa a su entorno y las consecuencias en el medio ambiente parecen no tener límites. Cada año hay más ecosistemas afectados, disminuyen la fauna y la flora, mientras se sigue abriendo la brecha por el uso desenfrenado de recursos naturales.Dos años atrás el informe Planeta Vivo, realizado por el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, afirmaba que desde 1970 la población mundial de animales vertebrados había disminuido en un 52%. La investigación más reciente subió esa cifra al 58% y prevé que antes de finalizar esta década será del 67%. Es la extinción lenta, imperceptible para la mayoría, a la que los seres humanos están sometiendo a su gran hogar.Todo influye en los resultados. El enemigo mayor es el uso desmedido del entorno natural, desconociendo el principio de sostenibilidad según el cual es posible usufructuar los recursos de forma controlada y devolviéndoles el favor. No lejos están la indiferencia y la avaricia, causas principales para que la contaminación ambiental esté en niveles de difícil retorno mientras se ha llevado al Planeta por la ruta de las temperaturas extremas. Si a ello se suma la negación sobre los daños provocados, se convierte en una bomba de tiempo para el mundo.El estudio basado en el monitoreo a 14.152 poblaciones de animales vertebrados pertenecientes a 3.706 especies, refleja un panorama que se replica en general en el medio ambiente. Por ejemplo en la pérdida del 81% de la fauna de agua dulce han influido por igual la degradación de los hábitats, la sobreexplotación, la contaminación, la aparición de más enfermedades o especies depredadoras y el calentamiento global.En medio de ese panorama nada tranquilizante y que puede ser irreversible si no se actúa con la firmeza que demanda la situación, la esperanza es que la pérdida ambiental puede detenerse si hay voluntad, consenso y recursos. Hacia ese objetivo apuntan el Acuerdo de París sobre el cambio climático que pretende disminuir la emisión de gases de efecto invernadero o los Objetivos de Desarrollo Sostenible que han puesto metas mundiales económicas, sociales y ambientales, tendientes a ayudar en la conservación del Planeta, que deben cumplirse antes del 2030.Que se logren requiere del impulso y el compromiso internacional, así como de las acciones que emprenda cada Nación. El botón de arranque es, sin embargo, individual, porque depende de cada ser humano tomar conciencia sobre su papel en la degradación ambiental de la Tierra así como en el proceso de recuperación que necesita. Hacer que ello suceda será difícil mientras la humanidad siga consumiendo en ocho meses los recursos que le brinda la naturaleza y que debían alcanzarle para un año. O continúe pensando que su entorno natural le pertenece y puede disponer de él a su antojo. Como lo dijo Marco Lambertini, director general de WWF, “no importa cómo lo calculemos, las cuentas no pintan bien. Conforme más excedamos los límites de la Tierra, más perjudicaremos nuestro propio futuro. Estamos en un momento decisivo”. Actuamos ya o perdemos este hogar, así de simple.

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