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Corrupción Siglo XXI

El momento que vive Argentina es grave. Además de la desconfianza hacia un sistema que ha demostrado su peor cara, el escándalo coincide con una delicada crisis económica.

20 de agosto de 2018 Por: Editorial .

Además de los graves problemas que padece su economía, Argentina atraviesa una conmoción debida al escándalo de corrupción que ha destapado la justicia, ocurridos en los doce años de gobierno de la familia Kirchner y propiciada al parecer por el matrimonio. Es la herencia que se destapa, común a Brasil, Venezuela, Ecuador y Nicaragua, donde la palabra socialismo fue usada para cometer toda suerte de tropelías.

Es el escándalo de los ‘cuadernos del soborno’, documentos que contienen las meticulosas anotaciones de un chofer encargado de transportar las coimas que cobraban los más importantes miembros del Gobierno de los Kirchner. A partir de esa confesión cayeron varios de los poderosos secretarios de ‘la era K’ y se han venido en cascada otras delaciones, lo que tiene al borde de la cárcel a Cristina, la heredera de su marido Néstor.

Es similar al Lava Jato de Brasil que involucró a Lula da silva y causó la caída de su heredera. Ya son doce los dueños de grandes empresas que rompieron el pacto de silencio que ha existido por décadas para ocultar el pago de coimas pagadas a cambio de obras públicas.

Las investigaciones tienen en la mira a la expresidenta. “Lo que hemos vivido es algo inédito. Ahora, que el Estado monte un sistema en el cual nadie puede trabajar si no pasa a través de un pago… Yo nunca había visto nada igual, tan organizadamente desde el Estado y el Gobierno”, dijo el presidente Mauricio Macri.

La cascada de acusaciones comenzó luego de que se revelaran los cuadernos de Oscar Centeno, un exsuboficial del Ejército, quien fue conductor de un funcionario de alto nivel durante el régimen de los K. Durante diez años apuntó en ocho cuadernos cientos de viajes con bolsos llenos de dinero que entregaban empresas privadas para lograr contratos con el Estado.

Varios de los empresarios que prendieron el ventilador revelaron que el dinero que entregaban para la adjudicación de obras públicas se dirigía al bolsillo de los gobernantes y a financiar sus campañas electorales. En dos semanas la investigación acumuló catorce detenidos, trece testigos arrepentidos y 43 imputados. La cifra aumentará y las consecuencias que esto traerá son tan grandes que deben producir un terremoto político que estremecerá a Argentina.

Esta semana, el congreso argentino debatirá los allanamientos a los domicilios de la senadora Cristina Fernández. Los copartidarios de la expresidenta han boicoteado las sesiones para evitar que esta causa termine sin fuero y deba comparecer por la corrupción que la enriqueció y sirvió para consolidar doce años de presidencia.

El momento que vive Argentina es grave. Además de la desconfianza hacia un sistema que ha demostrado su peor cara, el escándalo coincide con una delicada crisis económica. El pueblo argentino reclama respuestas a un colosal entramado de corrupción creado desde un gobierno que se vanagloriaba de su pureza en la administración de lo público y su apoyo a los pobres, en la línea del socialismo siglo XXI.

Los hechos están demostrando que ni lo uno ni lo otro eran ciertos. Los argentinos merecen conocer la verdad.

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