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Claridad indispensable

No es de poca monta lo que está en juego, en momentos en los cuales está en pleno desarrollo la campaña presidencial. Por ello, la respuesta definitiva es más que necesaria para despejar las dudas y las inquietudes que dejó la polémica actuación de la Registraduría.

27 de marzo de 2022 Por: Vicky Perea García

Cada cuatro años, Colombia realiza un paso crucial para la subsistencia de su democracia. Se trata de la renovación del poder Ejecutivo y del Legislativo que, junto con la elección de los concejos municipales, las asambleas departamentales, los gobernadores y alcalde, son el reflejo de la voluntad popular en la dirección del Estado.

Desde esa perspectiva, en esos procesos se produce la participación popular que define la manera en que se llevará a cabo la democracia representativa, a través de quienes resulten elegidos, ofreciendo estabilidad al funcionamiento de las instituciones. Es por ello que de la transparencia y la efectividad en la realización de las elecciones depende en gran parte la credibilidad del Estado y la tranquilidad que se desprende de tener reglas de juego claras que reflejen la voluntad de los electores.

Por eso ha causado tanto revuelo y sorpresa lo acontecido con los resultados de las elecciones del pasado 13 de marzo, cuando el escrutinio oficial dio a conocer la existencia de casi quinientos mil votos que no fueron reportados en las informaciones oficiales emitidas por la Registraduría Nacional del Estado Civil a través de 68 comunicados. Que el notario por excelencia, el que da fe pública sobre la voluntad de quienes hacen uso de su derecho a elegir, actúa de esa manera, ha generado el explicable y justificado reclamo de la opinión pública.

Luego, el propio Registrador y algunos de los partidos en contienda anunciaron de prisa una posible solicitud ante el Consejo Nacional Electoral, CNE, para el recuento de los votos, la cual duró muy poco tiempo y fue retirada por casi todos los funcionarios encabezados por quien dirigió y realizó los comicios, lo cual deja una sombra de dudas sobre la verdad de esas elecciones. Fue un hecho lamentable, que además de cambiar la composición del Congreso de la República informada por la Registraduría, mostró fallas que no deben existir.

Ahora sigue la realización de las dos rondas con las cuales se elegirá al próximo Presidente de la República, el Jefe del Estado colombiano. Se supone que será más fácil evitar situaciones tan desagradables como la ocurrida hace dos semanas pues sólo estarán cinco candidatos en la primera vuelta que tendrá lugar el 29 de mayo próximo y dos en caso de que sea necesario realizar la segunda, el 19 de junio.

Sin embargo, no puede olvidarse que las dudas sobre lo acontecido el 13 de marzo aún no han sido despejadas, además de que algunos de los partidos, los afectados por la súbita variación de los resultados informados por la Registraduría, persisten en su reclamación. Debe reconocerse entonces que es urgente y necesario el pronunciamiento del CNE sobre un incidente que ha puesto en duda el resultado y la actuación de la entidad que da fe sobre la voluntad de los votantes.

Así las cosas, No es de poca monta lo que está en juego, en momentos en los cuales está en pleno desarrollo la campaña presidencial. Por ello, la respuesta definitiva es más que necesaria para despejar las dudas y las inquietudes que dejó la polémica actuación de la Registraduría.

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