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Catástrofe nacional

26 de noviembre de 2010 Por:

Hay pues una verdadera calamidad que afecta a 575 municipios donde habitan más de 30 millones de personas, lo que justifica el pedido de ayuda internacional que ha hecho la Ministra de Relaciones Exteriores.

El Gobierno Nacional parece inclinado a declarar la catástrofe nacional ante los daños causados por la temporada invernal que, según analistas, ha sido la peor en la historia de Colombia. Una decisión que parece demorada, ante los estragos que padecen millones de compatriotas y las consecuencias que se esperan para la economía, el empleo y la infraestructura del país.Hace una semana, las autoridades habían declarado la calamidad pública para enfrentar el drama que padecen 28 de los 33 departamentos. En ese momento eran ya miles de hectáreas anegadas por las incontroladas aguas, de kilómetros de carreteras y vías secundarias que han quedado prácticamente inutilizadas, mientras se contabilizaban más de cien muertos por las inundaciones y cerca de un millón de personas damnificadas. Fue un recurso para distribuir ayudas, que, sin embargo, no alcanzó para atender el enorme drama desatado por el fenómeno de la Niña.Ahora, la cifra de damnificados alcanza el millón y medio y los daños se extienden en forma dramática a regiones como la Sabana de Bogotá, donde, se supone, existen los recursos necesarios para atender la emergencia. Por otra parte, Cali experimenta los desastres producidos por las lluvias inclementes que han llevado al río Cauca a centímetros de desbordarse por el jarillón de la zona oriental de la ciudad, donde se concentran cerca de 500.000 habitantes. Y el resto del Valle experimenta las inundaciones ocasionadas por decenas de ríos que destruyen viviendas y cultivos.Hay pues una verdadera calamidad que afecta a 575 municipios donde habitan más de 30 millones de personas, lo que justifica el pedido de ayuda internacional que ha hecho la Ministra de Relaciones Exteriores. Y que hace urgente declarar la catástrofe para tener acceso a recursos de emergencia representados en créditos por US$150 millones y para realizar los traslados presupuestales que permitan atender la emergencia humanitaria ocasionada por el fenómeno atmosférico. Pero la tragedia ha mostrado un grave aspecto. Aunque su tamaño era imposible de prever, la emergencia fue anunciada con tiempo, a pesar de lo cual se tomaron muy pocas medidas para enfrentarla. En muchos casos, municipios y departamentos no hicieron nada para mitigar esos riesgos.Hace poco, Colombia recordó los 25 años de la tragedia de Armero y el resultado que tuvo el no tener activo un sistema de seguridad que hubiera evitado las consecuencias mortales de la avalancha. Hoy, y guardadas las proporciones, las circunstancias parecen similares. ¿Cómo hacer para que la prevención y la atención de desastres se convierta en una política de Estado?Mientras llegan las soluciones, la Gobernación del Valle, El País y la Cruz Roja convocan a una campaña de apoyo. Todos los días, la entidad de socorro atiende en su sede de San Fernando para recibir las donaciones destinadas a los miles de damnificados que ha dejado el invierno en el departamento. Entregar ayudas a los vallecaucanos que la necesitan es un acto de solidaridad obligado con quienes hoy padecen la tragedia.

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