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Cambios necesarios

13 de julio de 2010 Por:

Dentro de los anuncios del presidente electo Juan Manuel Santos, es de destacar la división de los ministerios que fueron fusionados por el presente Gobierno. Es una oportuna forma de atender las realidades del país, que si bien acrecientan la nómina son necesarias para darles la importancia y el valor que requieren asuntos de especial sensibilidad para la Nación.La decisión del presidente Álvaro Uribe de fusionar los ministerios del Interior con el de Justicia, de Salud con Trabajo para crear el de Protección Social, y de Vivienda con Turismo, Comercio y Medio Ambiente, se justificó en la necesidad de reducir la burocracia y generar el ahorro que requería el Estado para enfrentar las prioridades que tenía el país en el 2002. En ese entonces, la decisión fue bien acogida como señal de austeridad, necesaria para una economía que acababa de superar una de las peores recesiones de toda su historia.Ocho años después, las condiciones son distintas. Y más que en razones fiscales, la propuesta de hoy se explica en la necesidad de resolver problemas creados por las fusiones. Es claro que el Ministerio del Interior, es decir, el encargado de las relaciones políticas, ha primado siempre sobre el de Justicia como el necesario vínculo con una de las tres ramas del poder público en Colombia. De ahí que las relaciones entre el Ejecutivo y las Altas Cortes, alteradas por razones sin duda ajenas a esa fusión, hubieran tenido un tratamiento y un resultado distinto y más positivo, de existir el ministro dedicado de tiempo completo a esa relación, y a resolver las angustias que padece el pueblo colombiano con la falta de una cumplida justicia.Asimismo, es notorio que el interés de los gobernantes por construir vivienda contrasta con el poco atractivo que tiene la tarea de proteger el medio ambiente, al tener que aprobar o improbar licencias o sancionar a los infractores de la ley sobre la materia. En un mundo en el cual el equilibrio ambiental cobra gran relevancia, y en un país donde la explotación de sus recursos mineros y naturales experimenta un inusitado impulso, es indispensable tener un ministerio especializado. Sin desconocer la importancia de los ministerios arriba enunciados, tal vez el problema de mayor complejidad está el llamado Ministerio de Protección Social, que hoy debe enfrentar las crisis más graves por las que atraviesa Colombia. De un lado está la salud, cuyos graves inconvenientes de financiación, de cobertura y manejo, se han convertido en obstáculos para que el Estado cumpla sus obligaciones con los ciudadanos. Y del otro está la obligación de transformar las relaciones laborales para ayudar a combatir el desempleo, quizás el problema más acuciante para la sociedad y el gran desafío para el próximo Gobierno.Hay pues razones poderosas para dar el viraje, que ya anunció el presidente Uribe y será profundizado por el Gobierno que se posesionará el próximo 7 de agosto. Será un paso fundamental en las reformas que requiere la atención de asuntos importantes para la Nación, sin que ello implique inflar de nuevo la burocracia estatal.

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