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Buena noticia para el planeta

"Aunque la perdida anual de 6.418 kilómetros cuadrados de verde en el mayor pulmón del mundo sigue siendo un golpe atroz para la supervivencia del planeta, es evidente el fortalecimiento de la conciencia ecológica, especialmente en los países del tercer mundo, tanto a nivel gubernamental como de iniciativas privadas".

8 de diciembre de 2012 Por:

"Aunque la perdida anual de 6.418 kilómetros cuadrados de verde en el mayor pulmón del mundo sigue siendo un golpe atroz para la supervivencia del planeta, es evidente el fortalecimiento de la conciencia ecológica, especialmente en los países del tercer mundo, tanto a nivel gubernamental como de iniciativas privadas".

En medio del desconcierto que genera la apatía con la que varios gobiernos de los países desarrollados asumen la urgente necesidad de cuidar la Tierra, como quedó claro una vez más durante la Cumbre del Cambio Climático de la ONU que culminó ayer en Doha, es bueno saber que no todo está perdido para el planeta.Así lo muestra la noticia de que este año la deforestación de la Amazonia descendió un 27% con respecto al 2011, el mínimo histórico registrado desde 1998, cuando los organismos ambientales de Brasil iniciaron la medición.Ese seguimiento había permitido establecer que en el 2003 ese país alcanzó el máximo pico de deforestación, al sumar 27.772 kilómetros cuadrados de selvas y bosques destruidos, lo que lo convirtió en uno de los responsables del cambio climático, deshonroso título que el gobierno carioca se propuso reversar.Aunque la perdida anual de 6.418 kilómetros cuadrados de verde en el mayor pulmón del mundo sigue siendo un golpe atroz para la supervivencia del planeta, es evidente el fortalecimiento de la conciencia ecológica, especialmente en los países del tercer mundo, tanto a nivel gubernamental como de iniciativas privadas.Entonces, es posible ser optimistas frente a la meta que lidera Brasil para lograr que en el 2020 la deforestación en la Amazonia se haya reducido en un 80%, una responsabilidad que no debe recaer únicamente en ese gobierno, sino que deben compartir los de Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador, Guyana, Guyana francesa, Surinam y Venezuela, que también tienen jurisdicción sobre estratégica zona. Y que los obliga a atender todos los problemas que la aquejan, como la tala indiscriminada, el trazado de carreteras, las industrias minera, agrícola y ganadera, la construcción de presas hidroeléctricas y la perforación y exploración de yacimientos de petróleo y de gas.De hecho, mientras Brasil fue el responsable del 63% de esa deforestación, Perú lo fue del 6,2% y Colombia del 5%. Y las cifras también indican que en todos los países ha disminuido la destrucción, menos en Guyana francesa y Colombia. Una razón más para que el Gobierno Nacional y las organizaciones ambientalistas se sumen a esa cruzada que se está levantando en torno a la imperiosa necesidad de cuidar los recursos naturales, amén de garantizar que la temperatura global no siga aumentando, en detrimento de la supervivencia de muchas especies.A eso apuntaba, precisamente, la propuesta liderada por los países que participaron en la Cumbre de Doha, en el sentido de cerrar el Protocolo de Kioto con un segundo periodo de compromiso de reducción de emisiones contaminantes hasta el 2020 y garantizar la movilización de al menos 100.000 millones de dólares anuales para ese propósito.Sin embargo, la esperanza está en que progresos como el logrado en la Amazonia motiven a las grandes potencias a comprender que el desarrollo sostenible no sólo es posible, sino una apremiante necesidad, si lo que se quiere es garantizar la vida de las próximas generaciones.

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