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Apertura y responsabilidad

Con los niveles de pobreza a los que ha llegado la capital del Valle luego de dieciséis meses de confinamiento total o parcial, donde según el Dane a comienzo de este año se registraban 934.350 personas en esa situación

21 de junio de 2021 Por: Editorial .

La reactivación de Cali y el Valle comienza a sentirse. Consolidarla y asegurar su continuidad es el camino para superar la crisis generada al principio por la pandemia y en los meses recientes por el vandalismo y los bloqueos que han afectado particularmente a la región.

Con la celebración del Día del Padre el pasado fin de semana se dio un balance positivo en las actividades comerciales, tal como quedó registrado con un aumento de las ventas en los almacenes locales y un mayor movimiento en el sector gastronómico, que tuvo un crecimiento cercano al 50%. Si bien es apenas el comienzo, la recuperación ha permitido revivir 15.600 empleos, de los 16.000 que se suspendieron en las últimas semanas debido a la situación de la ciudad.

Con los niveles de pobreza a los que ha llegado la capital del Valle luego de dieciséis meses de confinamiento total o parcial, donde según el Dane a comienzo de este año se registraban 934.350 personas en esa situación, es decir el 36,3% de la población, y otras 342.438 se encontraban en el rango de pobreza extrema, es imperante una apertura total de las actividades. Para que se avance en ese camino hay que hacerlo con la responsabilidad que demanda la pandemia del Covid-19, amenaza que está lejos de terminar.

Contrario a lo que se esperaba para este momento y a tres meses de iniciado el plan de vacunación, hoy Colombia y en particular Cali y el Valle presentan un crecimiento sostenido de contagios. Son 600 muertes y cerca de 30.000 nuevos infectados al día por el virus, y el país ya alcanzó la cifra de los 100 mil fallecidos. Mientras tanto, las Unidades de Cuidados Intensivos se encuentran congestionadas, con una ocupación en algunos casos superior al 100% de su capacidad, ahora con la mayoría de pacientes menores de 55 años.

En ese incremento, así como en la disminución de la edad de los contagiados han incidido de manera definitiva las movilizaciones que se iniciaron el pasado 28 de abril, así como las aglomeraciones en las marchas y bloqueos que se han producido. Las consecuencias están a la vista y debieron ser previstas por quienes convocaron y programaron las protestas.

Por ello es importante que se avance en el plan de vacunación local y nacional, que muestra resultados positivos y ha conseguido convocar a un mayor número de personas para su inmunización, como también se vio durante el fin de semana del Día del Padre en Cali. Que así sea es fundamental para la reactivación económica total.

La clave está en hacer esa apertura con responsabilidad. Nadie está libre de contagio del Covid-19 y lo que ello significa, por lo cual se deben mantener las medidas sanitarias para evitar que la propagación avance.
Lo segundo, como lo ha pedido a las autoridades nacionales la Gobernadora del Valle, es ampliar cuánto antes el rango de edad para la inmunización si se cuenta con la cantidad de vacunas necesarias.

Cabe reconocer también la importancia de los programas de vacunación que adelantará la empresa privada. Así se reduce el riesgo y se cumple lo que espera la sociedad: que se consiga regresar a la normalidad con el mínimo riesgo de contagio.

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