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Alianza por el Pacifíco

Las Corporaciones Autónomas Regionales junto con autoridades ambientales locales, la Fuerza Pública, la Fiscalía y la Procuraduría, así como los madereros legales, vienen trabajando en ese propósito y ayer en Popayán fue presentado el grupo operativo que se encargará de proteger los bosques y también de perseguir a quienes delinquen con sus recursos.

23 de julio de 2021 Por: Editorial .

El Valle del Cauca tiene las tasas de deforestación más bajas de Colombia y a la vez es el departamento que más avanza en cuanto a repoblamiento y conservación de sus bosques. Sin embargo, comparte un enemigo con el resto del Pacífico, el contrabando de madera ilegal, que exige hacer un frente común en la región para derrotarlo.

Cuando se piensa en el gran Chocó Biogeográfico, que abarca 113.000 kilómetros cuadrados de territorio nacional y del que hacen parte Nariño, Cauca, Valle y Chocó, es imposible pensar en fronteras. La cadena de bosques, selvas, ríos, mar y recursos naturales conforman una unidad que es necesario proteger en su conjunto porque lo que afecte al sur se sentirá, más temprano que tarde, en el norte, en especial cuando se trata de la tala ilegal de árboles y de los negocios ilícitos que hay alrededor de la madera que se extrae.

De ahí nacen iniciativas como la gran alianza de los cuatro departamentos para detener la deforestación y sobre todo combatir el comercio ilegal que nace de ella. Las Corporaciones Autónomas Regionales junto con autoridades ambientales locales, la Fuerza Pública, la Fiscalía y la Procuraduría, así como los madereros legales, vienen trabajando en ese propósito y ayer en Popayán fue presentado el grupo operativo que se encargará de proteger los bosques y también de perseguir a quienes delinquen con sus recursos.

El Valle tiene en ese proceso un papel muy importante, porque puede aportar su experiencia que le ha permitido reducir la tasa de deforestación en un 50% en menos de una década y por los avances en la repoblación de sus zonas de reserva natural con la siembra de dos millones de árboles, de la meta de ocho millones que cumplirá en el 2023. También porque se ha logrado en el último año que de 64 empresas madereras de la comarca, 28 ya sigan los protocolos forestales y de comercio legal.

Son los dos ámbitos en los que se debe trabajar porque tan grave como la pérdida de bosques que se presenta por la ampliación indebida de las fronteras agrícolas, la proliferación de cultivos ilícitos o la minería ilegal, es el crecimiento del mercado de contrabando creado alrededor de ello.
Como ocurre con otros negocios prohibidos, el Valle se ha convertido en el centro de operaciones del mercado clandestino de madera, un enemigo silencioso que se mueve por las carreteras terciarias, se transporta por en medio de los ríos, se lleva al mar y termina en Buenaventura donde se camufla con las exportaciones legales.

Entre 2019 y lo que va de 2021, la CVC junto a las autoridades vallecaucanas han decomisado 4930 metros cúbicos de madera y tres toneladas de carbón vegetal, una cantidad mínima cuando se sabe que el 10% de las 170.000 hectáreas de bosques que se talan al año en el país termina en el mercado ilegal, que mueve anualmente 100.000 millones de dólares en el mundo y es difícil de perseguir porque pasa casi desapercibido.

Por eso, es oportuno resaltar los esfuerzos que están haciendo Nariño, Cauca, Valle y Chocó para perseguir a las organizaciones criminales que lo promueven, sancionarlas como corresponde y detener ese lucrativo y destructor negocio que tanto daño causa a los recursos naturales del Pacífico y a su medio ambiente.

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