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Alianza para el progreso

"Si bien los integrantes de la Alianza recalcan que los cuatro países no han sentido aún las consecuencias de la crisis económica que padece Europa o las dificultades de países como los Estados Unidos, también son claros al advertir que la naciente unión servirá para enfrentar los coletazos de esa recesión a través del entendimiento".

8 de junio de 2012 Por:

"Si bien los integrantes de la Alianza recalcan que los cuatro países no han sentido aún las consecuencias de la crisis económica que padece Europa o las dificultades de países como los Estados Unidos, también son claros al advertir que la naciente unión servirá para enfrentar los coletazos de esa recesión a través del entendimiento".

En el desierto de Atacama, al norte de Chile, nació el pasado miércoles un nuevo esfuerzo de integración en Latinoamérica, promovido por la identidad de principios y metas de sus integrantes, impulsado por sus grandes fortalezas y respaldado por la necesidad de proteger a las naciones que lo integran de las amenazas que produce con frecuencia la convulsionada economía mundial. El protocolo que dio vida a la Alianza del Pacífico se firmó en el Observatorio del Cerro Paranal, cerca de Antofagasta y a 1.400 kilómetros de Santiago de Chile por los presidentes de Colombia, México, Perú y Chile. Lo que significa empezar a construir una integración compuesta por 250 millones de habitantes que con un ingreso promedio cercano a los US$13.000 anuales genera un Producto Interno Bruto de US$2.000 millones, cerca del 40% del de América Latina, y el 55% de sus exportaciones. Si bien los integrantes de la Alianza recalcan que los cuatro países no han sentido aún las consecuencias de la crisis económica que padece Europa o las dificultades de países como los Estados Unidos, también son claros al advertir que la naciente unión servirá para enfrentar los coletazos de esa recesión a través del entendimiento. Y de paso, para motivar la integración en materia cultural y educativa, que fortalezca la identidad de las naciones unidas por la vecindad y el deseo común de aprovechar el interés que despiertan en la comunidad internacional. La importancia de esta propuesta es tal, que ya Panamá y Costa Rica solicitaron su incorporación formal al proceso. Infortunadamente, países como Bolivia y Ecuador no han mostrado interés en vincularse al propósito, movidos por criterios ideológicos que les impiden a sus gobernantes cambiar esa aura de sospechas que mantienen frente a la libertad de empresa que ha hecho posible el despegue de la Alianza del Pacífico, por un acercamiento franco con sus vecinos, donde las diferencias no son obstáculo para buscar el progreso y el desarrollo a través de la unión.“La Alianza Pacífico nace con una clara vocación y proyección de futuro y con un espíritu de apertura, de integración, abierto a todos los países del arco del Pacífico”. Con esas palabras, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, expresó el propósito de los fundadores por convocar una unión en torno a propósitos que tienen que ver mucho con el progreso de los pueblos y más bien poco con los intereses políticos y populistas que han esterilizado casi sin remedio la Unasur, Unión de Naciones Suramericanas que se debate entre la retórica y la ausencia de resultados que respondan al sano interés de generar la unión de América Latina.En un mundo donde las tendencias económicas y sociales obligan a buscar alianzas que integren y no dividan, la llegada de la Alianza Pacífico debe resaltarse como un gran esfuerzo de las naciones emergentes que demuestran con resultados las bondades y ventajas de interpretar en forma acertada el signo de los tiempos. Ojalá este nuevo esfuerzo de integración produzca los frutos que anunciaron los presidentes de las cuatro naciones reunidos en Antofagasta.

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