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¿Al borde del fracaso?

"El mundo se encuentra entre la necesidad de conservar el medio ambiente y los intereses económicos que defienden en especial los países industrializados".

4 de junio de 2011 Por:

"El mundo se encuentra entre la necesidad de conservar el medio ambiente y los intereses económicos que defienden en especial los países industrializados".

A los habitantes del mundo poco les dice una cifra de 30,6 gigatoneladas de emisiones de gases contaminantes, o que ese nivel, alcanzado en el 2010 es el más alto en toda la historia. Pero cuando eso se traduce en destrucción de especies, incremento de los fenómenos naturales que causan desastres y un futuro incierto para la humanidad a la vuelta de un siglo o menos, es bueno estar atentos. Los datos suministrados por la Agencia Internacional de Energía, AIE, deberían causar alarma. Si se sigue al ritmo de la contaminación del año pasado, no se cumplirá la meta de la Cumbre de Cancún del 2010 que fijó el incremento máximo de la temperatura en dos grados centígrados para el 2020. La importancia de ese acuerdo se explica en que cuando la temperatura suba más de 2,5 grados, desaparecerá el 30% de las especies del planeta y las sequías dejarán sin agua a mil millones de personas. Y de seguir al ritmo actual, en 70 años los niveles de los océanos habrán subido 1,3 metros anegando las tierras donde hoy viven 350 millones de personas.Son las proyecciones sobre los daños que causa la emisión de gases contaminantes, dos terceras partes de los cuales son producidos por combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, los mismos que se usan en generación de energía para la industria y para los vehículos. La otra tercera parte se genera por el uso que se les está dando a los suelos y que tiene en la deforestación al mayor enemigo de los pulmones del mundo, como sucede en el Amazonas.El panorama es desalentador. Los esfuerzos de los organismos mundiales para llamar a la conciencia a los Estados han sido fallidos. Para la prueba está el fracaso del Protocolo de Kioto firmado en 1997 y con el cual se quiso comprometer a las naciones a reducir las emisiones de gases contaminantes generados por sus industrias. Nunca fue ratificado entre otros por Estados Unidos, China, India, Corea del Sur, Irán y Brasil, los que más emiten dióxido de carbono. El tratado terminará el próximo año sin que hasta ahora se haya podido negociar un acuerdo vinculante que lo reemplace. El mundo se encuentra entre la necesidad de conservar el medio ambiente y los intereses económicos que defienden en especial los países industrializados. La solución que tendría mayores efectos positivos sería la generación de energía proveniente de fuentes renovables. Reducir el consumo de combustibles fósiles y cambiarlo por energía generada a partir del sol, el viento, el agua, la biomasa, incluso la ahora vapuleada energía nuclear, reduciría la emisión de gases contaminantes entre 220.000 millones y 560.000 millones de toneladas en los próximos 40 años.Pero para ello se necesita voluntad y que los Estados creen políticas adecuadas que ayuden en la solución de la contaminación ambiental. Como afirma Andrew Steer, responsable del Banco Mundial para el cambio climático “necesitamos una implicación global para un problema global. No queremos ser catastróficos pero si no alzamos la voz el fracaso del planeta estará asegurado”.

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