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Aires de guerra

"El mayor peligro es que la retórica bélica de Moscú inflame las tensiones en la parte más prorrusa del este de Ucrania. Inevitablemente, los disturbios y la violencia le darían a las fuerzas rusas un pretexto para actuar, aunque lo más probable es que su participación desatará una guerra civil".

3 de marzo de 2014 Por:

"El mayor peligro es que la retórica bélica de Moscú inflame las tensiones en la parte más prorrusa del este de Ucrania. Inevitablemente, los disturbios y la violencia le darían a las fuerzas rusas un pretexto para actuar, aunque lo más probable es que su participación desatará una guerra civil".

La tensión en Ucrania amenaza con precipitar una guerra de proporciones incalculables. La autorización del Parlamento de Rusia al uso de la fuerza militar tensó las relaciones del gobierno de Vladimir Putin con Kiev y con Occidente.Hay un libreto que se está ejecutando, que parece sacado de la era soviética. Esto incluye una dosis de retórica política (quejas sobre las amenazas contra minorías rusas, sitios ortodoxos y demás) combinadas con amenazas de presión económica (la imposición de más tasas aduaneras en la frontera entre Rusia y Ucrania) y una acción militar abierta al menos en la región de Crimea.Lo sucedido hasta ahora recuerda la peor crisis entre Rusia y Occidente desde el conflicto entre Georgia y Rusia en 2008, que terminó con una Georgia humillada y con los rusos en control de dos enclaves independentistas georgianos de mayoría rusoparlante. Occidente, pese a todas las condenas expresadas, quedó como mero espectador al margen.Pero lo que está sucediendo con Ucrania y, en especial con la península de Crimea, tiene un significado distinto. Si esto desemboca en una batalla a plena escala entre Moscú y Kiev, las consecuencias pueden ser impensables. Lo peor sería la incitación de una guerra civil dentro de Ucrania, pero también está el riesgo de cultivar la inestabilidad en las fronteras de Europa. Hay que recordar que Ucrania es uno de los países más poblados de Europa, un centro estratégico de la conexión entre Oriente y Occidente, y que por allí pasa el gran gasoducto que suministra buena parte del combustible que consume Europa Occidental.Uno de los problemas centrales del conflicto es lo que sucede en Crimea, sobre el mar Negro. Allá existe una mayoría de población de habla rusa, que se siente más ligada a Moscú que a Kiev. Ya el aeropuerto de Sebastopol, el gran puerto sobre el mar, fue tomado por fuerzas militares de origen desconocido que se presumen rusas.No es que existan amenazas de una invasión a Ucrania: ésta ya comenzó, con el control militar ruso en la península de Crimea. La sede de la Flota rusa del Mar Negro en Sebastopol le da a Moscú toda la infraestructura militar que necesita para intimidar a las fuerzas locales de Ucrania y los rusos parecen haberse reforzado con pequeños grupos de unidades especiales desplegadas a la zona en días recientes. La toma de Sebastopol parece haber comenzado, así como el despliegue de tropas en las fronteras con Ucrania. El mayor peligro es que la retórica bélica de Moscú inflame las tensiones en la parte más prorrusa del este de Ucrania. Inevitablemente, los disturbios y la violencia le darían a las fuerzas rusas un pretexto para actuar, aunque lo más probable es que su participación desatará una guerra civil.¿Está Putin dispuesto a arriesgar la estabilidad en Rusia invadiendo Ucrania? ¿Pasarán las potencias de Occidente de las palabras a los hechos? El mundo se acerca peligrosamente a una conflagración de consecuencias imprevisibles en la que, con seguridad, el mayor sufrimiento le está reservado al pueblo ucraniano, que lucha por su libertad.

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