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Actuar a tiempo

"Con una alerta que eleva a 76% la probabilidad de que se presente el fenómeno de La Niña en los próximos meses, Colombia debe prepararse para su llegada. De ello depende que no se repita el historial de tragedias que dejan los inviernos cuando se juntan con la imprevisión".

11 de junio de 2016 Por:

"Con una alerta que eleva a 76% la probabilidad de que se presente el fenómeno de La Niña en los próximos meses, Colombia debe prepararse para su llegada. De ello depende que no se repita el historial de tragedias que dejan los inviernos cuando se juntan con la imprevisión".

Con una alerta que eleva a 76% la probabilidad de que se presente el fenómeno de La Niña en los próximos meses, Colombia debe prepararse para su llegada. De ello depende que no se repita el historial de tragedias que dejan los inviernos cuando se juntan con la imprevisión.Como sucedió con El Niño, anticipado por las autoridades ambientales, el Ideam informó sobre la alta posibilidad de que al verano le siguiera una temporada de lluvias con una intensidad por encima de lo normal. La predicción surge del comportamiento de las aguas del Océano Pacífico, cuyo enfriamiento podría derivar en abundantes precipitaciones. Si bien el invierno puede ser o no tan crudo como se prevé, la Nación debe estar lista para enfrentarlo. Sobre todo cuando las perspectivas señalan que, además de potente, La Niña se prolongaría por doce meses. Más que causar alarmismo, esto debe llevar a que departamentos y municipios revisen qué tan preparados están para enfrentarla, si han hecho las obras necesarias para contener en lo posible sus estragos, o se han activado sus comités de emergencia.Para ayudar en ese propósito, el Ideam ha comenzado una campaña de prevención y planeación con los gobiernos departamentales para acompañarlos en las acciones que se requieran. De lo que ellos hagan dependerá que no se repitan las catástrofes que vivimos hace cinco años, cuando otra Niña intensa, junto a la imprevisión de las autoridades, causó la muerte 200 colombianos, dejó un millón de damnificados, afectó a 140.000 viviendas y colapsó 40 carreteras.La preocupación sobre los efectos de una temporada invernal fuerte y prolongada tiene asidero. Como ejemplo, unas pocas lluvias que cayeron sobre Cali provocaron deslizamientos de tierra así como la destrucción de tres viviendas en la zona de ladera. Y seis años después de colapsar en la Costa Atlántica el Canal del Dique, apenas se han hecho reparaciones provisionales que comienzan a desbaratarse, mientras que las obras de contención definitivas si acaso se iniciarán en un mes. Si a esto se suma que en la actual temporada invernal, considerada suave, ya se han presentado 156 inundaciones, 107 deslizamientos, 22 crecientes súbitas, 5 avalanchas, y van 21 personas fallecidas, lo prudente es tomar en serio el llamado de alerta sobre La Niña. Sin duda se producirán hechos lamentables que no se podrán evitar. Pero cuanto antes se actué frente a un fenómeno que según el Director del Ideam puede tener “registros nunca antes vistos”, disminuirán las posibilidades de repetir tragedias y lamentar pérdidas. Las previsiones no deberían limitarse sólo a contrarrestar los efectos del próximo invierno. Es un hecho irrefutable que el cambio climático está haciendo que las temperaturas sean más extremas, los desastres naturales se presenten con mayor poder y frecuencia, y las consecuencias resulten más impredecibles. Estar preparados para ello a futuro no será posible sin el compromiso de las autoridades nacionales, departamentales y locales, tanto como de cada colombiano, que debe ayudar a velar por su integridad y la de los suyos.

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