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¿‘Trabajador quemado’?

De las innumerables esquirlas que deja el caso Lubitz, el copiloto alemán...

30 de marzo de 2015 Por: Víctor Diusabá Rojas

De las innumerables esquirlas que deja el caso Lubitz, el copiloto alemán causante de esa tragedia aérea que tiene conmovido al mundo entero, hay un aspecto que merece no sola atención sino seguimiento: el llamado burn-out o ‘síndrome del trabajador quemado’, un problema de salud que quizás esté más ligado a nuestra cotidianidad de lo que pensamos. Dicen las autoridades alemanas que Lubitz era un ‘trabajador quemado’, aparte de muchas más cosas que afloran a medida que los investigadores se adentran en su perfil sicológico. Es decir, padecía de esa forma de estrés ocupacional crónico al que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Trabajo (OMT) consideran pandemia de este siglo y epidemia de la vida laboral moderna en América Latina. Aunque peor suenan sus consecuencias: “Afectan tanto a las personas como a las sociedades en que éstas viven, estableciéndose círculos viciosos entre instituciones enfermas que enferman a los individuos que las constituyen y viceversa”, como lo citan en un interesante artículo las expertas Nancy Eliana Corredor Pinzón (psicóloga) y Lilia Marín Torres (profesional en terapia ocupacional) http://www.eam.edu.co/ojs-2.4.2/index.php/prueba/article/view/24/27.El ‘síndrome del trabajador quemado’ está ligado, cómo no, al estrés laboral, ese mismo estrés que está considerado enfermedad laboral en Colombia desde 2009 en el Decreto 2566 de 2009, recuerdan Corredor y Marín.¿Sufre usted de cansancio emocional, despersonalización y no se siente ‘realizado’ con lo que hace? Pero antes que eso, ¿es lo suyo el atender gente? ¿Le gusta o le toca? ¿Por eso le pagan, y mal? Vaya sumando puntos. ¿Cuánta gente se gana la vida en este país atendiendo usuarios? No sé, somos casi todos. De hecho, y con las tesis (válidas, como no) con que nos inundan a diario de que tenemos tanto clientes internos como externos, pues difícil sentirse la excepción. Conclusión: usted, y yo, y millones, somos potenciales pacientes de estrés laboral. Ahora bien, señala una de las primeras escuelas que le metió diente al tema, si a ese cuadro se le agrega la falta de motivación absoluta por las tareas, un brusco cambio de actitud que desemboca en ‘malos modales’ (igual con compañeros pero sobre todo con los usuarios), pérdida progresiva de memoria (entre otras formas de deterioro cognitivo) y una menor resistencia al estrés, pues el afectado estaría tocando las puertas del ‘burnout’.Esa lista de chequeo ha cambiado con el tiempo. Mejor dicho, ya no basta estar detrás de un mostrador para saber cuándo uno deja de estar estresado laboralmente para convertirse en un ‘trabajador quemado’. Para la muestra, el hecho de que las dos especialistas citadas incursionan en un tema nada fácil: el ‘burnout’ en nuestra Policía Nacional.Los docentes también resultan entre los más afectados. Un trabajo con 44 profesores de universidades de Popayán dejó en evidencia actitudes negativas y de insensibilidad hacia los alumnos debido al estrés, largas jornadas y “el aburrimiento por la rutina personal y académica” http://noticias.universia.net.co/actualidad/noticia/2014/06/30/1099745/docentes-colombia-padecen-sindrome-burnout.htmlNo digo, ni mucho menos, que estemos camino a convertirnos en Andreas Lubitz y, repito, no es esa, el ‘burnout’, la única razón que lo llevó a hacer lo que hizo, pero sí hay que admitir que el ‘síndrome del trabajador quemado’ debería ser objeto de mayor atención de todos en este país. Eso sí, sabedores del muy secundario lugar que en la clasificación general de las prioridades de este Estado tiene la salud; más aún, la mental.

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