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Su voto es...

Esta es una mirada a los tipos de voto (y de votantes) que, creo, marcarán las elecciones presidenciales del domingo próximo, muy probable primera vuelta.

20 de mayo de 2018 Por: Víctor Diusabá Rojas

Esta es una mirada a los tipos de voto (y de votantes) que, creo, marcarán las elecciones presidenciales del domingo próximo, muy probable primera vuelta.

El voto ‘anti’: será el favorito de muchos, lo que no resulta ser sorpresa en una sociedad con los actuales niveles de polarización. En ese sentido, moverá a buena parte de los electores en dos terrenos bien identificados: el uribismo y el petrismo. O mejor, en el antiuribismo y en el antipetrismo. Quizás haya antivargasllerismo, antifajardismo u antidelacallismo, pero los índices de resistencia mutuos entre uribistas y petristas han invadido incluso voluntades en estos últimos tres sectores y otros más, como posibles abstencionistas y partidarios del voto en blanco.

El voto vergonzante: tiene un antecedente, el plebiscito sobre el proceso de paz. ¿Cuántos partidarios del ‘No’ contó usted en los días anteriores a ese 2 de octubre? Quizás muchos menos que los que aparecieron a la hora de las cuentas. Mucha gente se supo tapar. En las elecciones del próximo domingo habrá más de un voto vergonzante. Estarán los inclinados por Duque que no quieren ser vistos como uribistas, los simpatizantes de Petro que no quieren que los tilden de castro-chavistas o populistas, los vargaslleristas silenciosos que no quieren que los vean como parte de la maquinaria y fajardistas que prefieren que no los acusen de tibios, aparte de delacallistas incómodos de que los señalen de simpatizar con el acuerdo de La Habana. Antes de las ocho de la noche del domingo, dos de ellos sacarán la cabeza y se harán visibles.

El voto castigo: se hará sentir. Habrá votos por Petro hechos con la insatisfacción de un Estado que no funciona. Y, al contrario, habrá votos de castigo contra Petro por la pésima alcaldía que hizo en Bogotá. Como los habrá por su pasado en armas. Y habrá votos de castigo a Duque por su cercanía con Uribe. Y votos de castigo a Vargas Lleras por parte del entorno de su campaña; y a De la Calle, otra vez por el acuerdo de La Habana (injustos, además). Y a ellos dos, por su pasado santista. Y voto castigo a Fajardo en Antioquia, por su gestión como Gobernador. La pregunta es: ¿preferiblemente, a dónde correrán esos votos castigo?

El voto cautivo: tendrá su participación, aunque quién sabe si el peso específico de las últimas elecciones presidenciales. Eso no lo saben ni siquiera quienes lo manejan y auspician, los barones electorales. Aunque, de otro lado, las encuestas no lo reflejan y sería ingenuo creer que está venido tan a menos, en especial en las regiones. En conclusión, el voto cautivo no tendrá los alcances del 11 de marzo, ni los endosos funcionarán a plenitud, pero marcará. Ahora bien, resulte como resulte, será sorpresa. Ya sea por su disciplina o por un insospechado grito de independencia de muchas ovejas dispuestas a no escuchar la voz de sus amos.

El voto útil: otro que puede crecer de acuerdo a como marquen las tendencias de esta última semana para tres de los candidatos: Sergio Fajardo, Germán Vargas y Humberto de la Calle. Y no necesariamente para sacarlos de la pelea, como se creería, sino para tratar de meter al menos a uno de ellos en la segunda vuelta.

El voto consciente: debería ser mayoría. No se puede quejar la gente de falta de ilustración. No recuerdo una campaña presidencial con mayor número de debates. Sobre el papel, hubo de dónde enterarse de las propuestas para tomar las mejores decisiones. Lo que no se puede desconocer es que algunos de esos otros sentimientos (‘anti’, ‘castigo’, ‘útil’, y ‘ vergüenza’) son capaces de ‘marear’ ese mismo grado de conciencia.

Como le parezca, vote: usted elige. Recuerde que esta es nuestra democracia. Imperfecta, pero es nuestra democracia.

Sigue en Twitter @VictorDiusabaR

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