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Profe Pékerman...

El error, profesor Pékerman, no fue poner el sábado un equipo inédito....

13 de junio de 2016 Por:

El error, profesor Pékerman, no fue poner el sábado un equipo inédito. El error, profesor Pékerman, fue hacerlo con la selección Colombia y, sobre todo, en estos tiempos de vientos y tempestades.Voy a tratar de decirle por qué. Desde que acabó esa ‘debacle’ ante Costa Rica -por decir lo menos que han dicho unos 48 millones de hombres, mujeres y niños salidos de la ropa en esta bella tierra- no había tenido yo la oportunidad de ver tanta ‘piedra’, como dijo mi querido amigo y colega Óscar Rentería. Tanta piedra junta, profesor.Mejor dicho, se quedó en pañales la bronca del malhadado día del 90 en que, para contar las cosas como son, el ‘Coroncoro’ Perea le devolvió una bola hecha ladrillo a Higuita en el San Paolo de Nápoles y Roger Milla, ¡zas! nos despachó del Mundial de Italia. No, ‘profe’, la gente anda más verraca.

Y pues, no sé, a riesgo de que me linchen, creo que estamos exagerando. Disculparán ustedes la osadía, pero me atrevo a disentir. Incluso de la bella María Clara Gracia, quien ayer en la mañana lo llamó a usted, palabras más palabras menos, ‘bruto’.Ve, ya estoy de ‘sapo’, y no es mi intención. Porque, si algún derecho tiene la gente es decir lo que piensa y siente. Y más cuando alguien se mete con lo íntimo. Y es que si hay algo en este país que sea de uno, y de todos, es la selección. No sé si es porque casi todo lo demás se lo robaron. Pero el día de la selección es tan importante que, por ejemplo, los martes parecen domingos y a uno lo atienden mejor en el banco. Y, no me lo va a creer, los vecinos llegan al extremo de saludarlo. Bueno, si uno lleva la camiseta, porque si no, hasta los perros le ladran.Me salí del camino. Si no estoy mal, dijo usted antes de irse a la Copa Centenario (que no es la eliminatoria al Mundial, ni la Copa América, sino un negocito bien montado en torno a un pinche aniversario), que iba, antes que a ganar, a probar nuevos jugadores. Y eso hizo el sábado. Ya sacará sus propias conclusiones.

Lo que me permito ver, con el respeto de los que saben (que son esos mismos 44 millones) es que teníamos todo servido para jugar contra un segundón (si quieren, pónganle segundo) y no contra Brasil (a la hora de escribir esta columna no se sabía el rival), y entonces pues ¡qué vaina! que no nos toquen los mangos bajitos sino los de arriba. Así somos.A mí, por el contrario -y jugándome el pellejo de nuevo- me gusta que venga Brasil. Y si después otro grande, México o Argentina. Está bien, se le puede ganar a Haití, Belice y Surinam, y salir campeón. Cuestión de gustos.Es usted ‘profe’, lo dicen los números, el mejor técnico en la historia de la selección de este país. Eso le merece respeto y, a la vez, lo obliga a aceptar ser lapidado, porque para eso se pone ahí delante, más aún en una sociedad exitista como esta. Por eso, si la otra semana le dicen que antes que Gardel, ésta usted, créalo. Y si la misma otra semana le dicen que vaya haciendo las maletas, también créalo. Vea, en el hipotético caso de que a Gabriel García Márquez le hubiera tocado competir en un mundial de literatura en Estocolmo contra Vargas Llosa y perdiera en el último minuto, mejor dicho, en la última página, habríamos dicho, olvidando todo, que por qué había llevado ‘El coronel no tiene quien la escriba’ y no ‘Cien años de Soledad’. O viceversa.

Y si Caterine y Nairo no ganan el oro y el Tour, que se preparen. Pero si ganan, alistemos un bus para meter 48 millones, donde el santo y seña será: ‘ve, yo les dije’.Suerte, ‘profe’ (la va a necesitar).

AHORA EN Victor Diusaba Rojas