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Giovani y Gloria

Esta es una historia de esas que aterrizan de una el viejo...

17 de agosto de 2015 Por: Víctor Diusabá Rojas

Esta es una historia de esas que aterrizan de una el viejo y tozudo sueño de que esto sí va a cambiar. Pero al mismo tiempo, Giovani y Gloria, sus protagonistas, enseñan que mientras haya gente como ellos, tenemos esperanza. Todo comienza porque un maestro de escuela, Giovani Mejía Correa, le escribe una carta abierta al gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo http://www.las2orillas.co/carta-abierta-de-maestro-sergio-fajardo/. Rápido, resumo lo que dice en ella: A Giovani (así, con una sola ene), profesor de educación básica, le asignan una plaza como docente en una escuela rural de una vereda del municipio de Campamento, en la Colombia profunda. El hombre arma viaje en flota, primero; bus escalera, después; y, enseguida, a pata, por entre trochas, puentes colgantes y demás, como toca en esos lugares.En el último trecho, un par de alumnos le sirve de guía. Por eso, cuando llega al lugar donde está la escuelita, ya tiene suficiente contexto de lo que pasa en la vida de los diecisiete muchachos que a diario tratan de llegar a clase, y que a la vez son la excepción de muchos otros que no asoman por ese rancho que sirve de aula.Giovani, el profesor, conoce entonces a Gloria Vásquez, la persona a la que va a remplazar. Ella vive ahí, en un rincón. Duerme bajo una carpa, con su hijo de diez años. En ese mismo lugar dicta clase y cocina para los alumnos. Aunque en la carta a Fajardo, y a su Secretario de Educación, no se conocen las razones del relevo, queda claro que a la luz de sistema de evaluación que el Icfes hace a los maestros, Giovani está más capacitado que ella para ocupar el cargo.Por supuesto, quienes califican no saben que en esa escuela el techo de zinc es un colador y que no hay tiza –ni que hace falta– porque para qué, si tampoco hay tablero. Mejor dicho, que eso que llamamos Estado simplemente no existe. De lo que sí se da cuenta el profesor es que hay es una enorme injusticia en pretender quitar del medio a Gloria como formadora. Entonces, prefiere regresar, imagino, para volver a lo que hacía antes o convertirse en un desempleado más; eso sí, con dignidad.Si eso pasa en Antioquia (donde Fajardo ha trabajado con la consigna de “la más educada”, gestión en la que seguramente habrá alcanzado resultados, aunque después de conocer esto falta ver si siempre en la dirección más acertada), ¿qué puede pasar en otras regiones, en donde los presupuestos son menores o dónde el énfasis de los mandatarios locales no pasa por la educación?Hemos visto a la ministra Gina Parody muy atenta en estos meses al frente de su cartera. Muy atenta, y a veces muy temperamental. Y también, muy bogotana. Ministra, ¿qué tal si nos asomamos a esas escuelitas que como la de Campamento, viven de algo más que discursos y cuñas en la tele? Probablemente conozcamos que antes que salir a mostrar indicadores de cobertura, vale la pena hurgar en la realidad, para comprobar que de allí sale algo más que pomposos titulares.Y a Sergio, el hombre antes que el gobernador con el que en algún momento compartí este oficio periodístico, debo decirle que su respuesta al profesor Giovani me sonó a esas que acostumbra la vieja clase política cuando está trepada en el curubito. Le contesta a Giovani: “toca (usted) varios temas (…) de diferente naturaleza que requieren diferentes tipos de discusión y análisis”. No conozco a Giovani, tampoco a Gloria, pero si me dieran a elegir un par de maestros en quien confiar, antes que nada, valores para hijos y nietos, apostaría por ellos, más allá de cómo les vaya en la próxima evaluación del Icfes.

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