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Descalzos

¿Cuántos pares de calzado tiene usted? Disculpe la pregunta, pero desde hace...

9 de noviembre de 2015 Por: Víctor Diusabá Rojas

¿Cuántos pares de calzado tiene usted? Disculpe la pregunta, pero desde hace unos días ando obsesionado con el tema luego de conocer que 300 millones de niños en el mundo no tienen un par; ni viejo, ni nuevo.Suena duro, ¿verdad? Sobra decir que esos niños están en África, en algunos países pobres de Asia y, cómo no, aquí mismo, en América Latina, más o menos a la vuelta de su esquina. Lo extraño es que casi nunca nos preguntamos qué va de tener un par de zapatos a no tenerlo o verse obligado, por fuerza de la necesidad, a usar unos más grandes, o peor, otros más chicos. Mucho va. Aparte del estigma social que conlleva andar descalzo, es un problema mayúsculo de salud. Dicen los expertos que males como Paratifus (que causa la bacteria salmonella); tularemia (resultado del contagio de animales enfermos o de pisar sus restos); Bilharzia (infección que se propaga en aguas contaminadas y para la que las zonas lluviosas y los charcos que se generan son la tormenta perfecta) o incluso el cólera, encuentran en los pies desnudos vía expedita para crecer y multiplicarse. Entonces, si los 300 millones de niños ya lo ponen a uno a pensar, saber que dos mil millones de seres humanos (la cuarta parte de la población del planeta) tienen problemas de salud por no usar zapatos o ponerse los que no deberían, con las consecuentes malformaciones, representa que estamos ante un tema que debería significar algún tipo de reacción de muchos, incluso de quienes se forran en plata por cuenta de quienes pagamos zapatos, que casi siempre son caros.¿Y de ellos, por qué? Ocurre que la situación pasa por el hecho de que un par de zapatos dura lo que resistan sus materiales pero no menos el tiempo en que tarda su dueño en crecer (hablamos de niños). La ONG Because International le metió mano al tema y con la ayuda de una empresa de diseño, Proof of Concept, creó el zapato que crece. Varios números, hacia arriba, y, si se pueden reciclar, varios números hacia abajo. Sí, un invento histórico. No pregunten si son bonitos o feos. Simplemente son zapatos y hay quién los necesita y se los pone.¿Y qué pasa con las multinacionales del sector (con nombres propios: Adidas, Nike, Crocs Y Reebok)? Que miraron para otro lado cuando las llamaron a vincularse al proyecto. Está claro que lo de Because y Proof of Concept (incipiente y muy lejano de constituirse en verdadera solución al problema) no pone en riesgo el negocio de los grandes pulpos. Ahí queda clara la definición de responsabilidad social que manejan algunas firmas. Aunque, y para mostrar otra cara de la empresa privada, las grandes compañías estaban forzadas hace unos días a decirle sí al presidente Barack Obama una vez las llamó a tener conciencia de la necesidad de reducir sus emisiones para enfrentar el cambio climático. No fueron una ni dos. Terminaron siendo 81 las que aceptaro. Entre ellas, Starbucks, Siemens, McDonalds, Apple, General Motors, Ikea, HP y Sony (no busquen ni a ExxonMobil o a Chevron). Sí, ya sé que algunas tienen un rabo de paja tan grande que por más que hagan bien esta tarea jamás se pondrán al día en la deuda que tienen con la sociedad en otros frentes. Pero por algo se comienza. Como también por algo se castiga socialmente, ya sea a la hora de elegir la marca de zapatos o de combustible. Sobrero: A 30 años de los hechos de Palacio, no basta pedir perdón cuando impunemente se prescinde de la verdad. Expresidente Belisario Betancur, exministra Noemí Sanín, la dirigencia del M-19 -y demás corresponsables del holocausto-, no señores, no basta. Comencemos por decir la verdad. Luego, vemos.

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