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La muerte de una mujer de 70 años en Cali con Covid-19, la segunda víctima mortal en Colombia, es una tragedia desde cualquier óptica.

23 de marzo de 2020 Por: Vanessa De La Torre Sanclemente

La muerte de una mujer de 70 años en Cali con Covid-19, la segunda víctima mortal en Colombia, es una tragedia desde cualquier óptica. Es un cimbronazo que nos recuerda que la muerte nos mira a los ojos y que nada de lo que ocurre en torno a este virus debe ser obviado.

La hija de la señora llegó el 2 de marzo de Cuba, donde había estado con amigos estadounidenses, uno de los cuales fue posteriormente diagnosticado con coronavirus. Contagió a su madre que fue hospitalizada el 16 de marzo y falleció este fin de semana, y a su padre, de 74 años, que también ha estado luchando por su vida. La hija fue, como el 80% de los casos, una portadora asintomática que no hizo cuarentena cuando llegó de Cuba, entre otras porque en nuestro país el 2 de marzo aún no se habían prendido las alarmas que ya estaban prendidas en Europa y Asia.

Lo que cuento de la familia es información publicada por el Ministerio de Salud. Es dolorosísimo y me parece importante que todos nos enteremos de lo cruel que puede ser este virus y de las consecuencias que puede tener no respetar las cuarentenas. Diariamente me llegan mensajes de amigos, conocidos y desconocidos también, contándome historias de alguien que sale al mercado o a caminar por conjuntos residenciales, habiendo llegado hace poco de viaje. Es clave entender que el Covid-19 es asintomático en su mayoría de casos: no se siente pero se porta y se contagia.

Por eso es tan importante quedarnos en casa y mantener lejos y guardados a los padres y abuelos que tanto amamos. Hay que cuidarlos en la distancia, llamarlos y repetirles que los queremos, que este episodio pasará y que volveremos a abrazarnos. Pero ahora, toca sobrevivir. Esta es la guerra de nuestra generación. Una que se libra con detergentes y sensatez. Y de la que saldremos con un mundo más recuperado y con unos principios de solidaridad más sólidos que nos harán mejores seres humanos.

Este no es momento para darnos golpes de pecho sobre lo que pudimos o no hacer. Pero algún día los que no tomaron las medidas que tocaban unos días antes, tendrán que explicar por qué permitieron que siguieran entrando aviones desde afuera cuando las fronteras del planeta se estaban cerrando y por qué dejaron que tantos se fueran de paseo de puente en medio de una pandemia.

Gracias al coraje de los mandatarios locales, incluida la Gobernadora del Valle y el Alcalde de Cali, Colombia saldrá de esto. Se vienen semanas duras y todos perderemos algo, pero nos pararemos como nación con una lección de supervivencia inédita encima. Ya sabiendo que somos vulnerables. Volveremos a amar como si no fuera un mañana, con más entrega y más consciencia, porque ya sabremos con certeza que hay un mañana.

Sigue en Twitter @vanedelatorre