El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Estupidez

Conocí el fin de semana unos videos de fiestas clandestinas en Bogotá y en otras ciudades, en los que aparecen decenas de jóvenes bailando entusiastas al son de un DJ que los alebresta entre destellos de luz.

13 de julio de 2020 Por: Vanessa De La Torre Sanclemente

Conocí el fin de semana unos videos de fiestas clandestinas en Bogotá y en otras ciudades, en los que aparecen decenas de jóvenes bailando entusiastas al son de un DJ que los alebresta entre destellos de luz. Un chico reparte trago con un dispensador que pasa de cara en cara, no de boca en boca, menos mal, pero sí a unos y a otros. Todos bailan y gozan. Como si afuera el mundo no se estuviera desbaratando. Fiestas clandestinas aquí y allá. Como si a la muerte se le pudiera hacer el quite. Como si la clandestinidad eximiera del virus mortal. No lo entiendo. No lo logro entender. La juventud ha sido siempre atrevida. Pero, ¿estúpida?

Me pasé todo el fin de semana tratando de comprender por qué alguien con inteligencia elemental, a cualquier edad, se iría de fiesta con desconocidos en estas circunstancias. ¿Desespero? ¿Ignorancia? ¿Incredulidad?

¿En qué estamos fallando como sociedad para no haber sido capaces de hacer entender a todos los que nos rodean, de la gravedad de lo que está ocurriendo y de la responsabilidad que tenemos que asumir? Esos jóvenes, arbitrarios y soberbios, tienen padres, abuelos, amigos que podrían contagiarse y que podrían morir. Y ellos mismos, aunque no lo crean, son vulnerables. Con las unidades de cuidados intensivos en los niveles en los que están hoy en las principales ciudades colombianas, no usar el tapabocas, salir de la casa sin necesidad, no tomar las medidas apropiadas, es más que irresponsable, criminal. Bestial. Inexplicable.

En Cali, a esta hora (lunes 5:00 p.m.), solo quedan 18 camas de UCI disponibles de las 385 asignadas para la atención de pacientes con Covid-19. Una ocupación del 92%. Eso significa que, si las cosas siguen así, en un par de días los médicos tendrán que decidir si salvan a un anciano que lleva meses cuidándose o a un joven que no se cuidó pero que por ser joven tiene más posibilidades de sobrevivir.

Lo que está en la puerta de nuestro país es una tragedia que las autoridades de salud trataron de aplazar desde abril, para prepararse mejor. Se logró algo. Estamos más conscientes y hay más UCI en el país. Pero la velocidad del contagio se ha vuelto incontenible.

Llegaron esos días que tanto temíamos, que veíamos lejanos, que nos aterraban. Y si no nos cuidamos ahora más que nunca, nada será suficiente. No es tiempo de estupideces.

Sigue en Twitter @vanedelatorre