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Nairo vs. Froome

Creo haber ya escrito sobre mi pasión por el ciclismo y, sobre...

20 de julio de 2016 Por: Santiago Gamboa

Creo haber ya escrito sobre mi pasión por el ciclismo y, sobre todo, por el Tour de Francia, uno de los espectáculos deportivos más bellos que existen y, para mí, que lo sigo desde los años ochenta, muchísimo más emocionante que el fútbol o el atletismo. Incluso lo practiqué, modestamente, pues para ser buen ciclista, incluso de domingo, hay que tener un cuerpo extremadamente delgado, al límite del raquitismo, y tener baja estatura. El peso promedio de un buen ciclista es alrededor de 58 kilos, pero yo debí pasar por ahí a los catorce o quince años, o incluso antes. Mi metro con ochenta y dos de estatura tampoco ayudó. De cualquier modo hice el empeño y por ahí tengo fotos en cicla con mis amigotes de juventud, los escritores Mario Mendoza y Juan Carlos Botero.Pero ya me desvié del tema, pues lo que pretendía era comentar la rivalidad entre Nairo Quintana y Froome, los dos más grandes ciclistas del momento. Lo primero que hay que decir, aunque me pese, es que Froome es mucho más completo, sagaz y arriesgado que Nairo. El andar de Froome no es elegante, pareciera cojear encima de la bicicleta por el modo en que saca el brazo cuando pedalea. Pero qué ritmo. No sé cuál de los dos sea más fuerte, pero lo cierto es que Froome ya le ganó a Nairo en bajada, en plano, en contra reloj e incluso en montaña, en ese sorpresivo final en el Mont Ventoux en el que Froome perdió la bicicleta y corrió un par de centenares de metros. Nairo en Los Alpes llega a su terreno de alta montaña, pero la ventaja de Froome parece difícil de alcanzar. Ojalá me equivoque y Nairo aproveche las subidas más fuertes, aunque el Mont Ventoux nos dejó con los nervios de que incluso en subida Froome puede superarlo. Lo que sí está asegurado es el espectáculo, pues a pesar de que hay otros nombres en la clasificación general, todos saben que la competencia de fondo es entre ellos dos, tal como fue el año pasado.Esto sucede con frecuencia en los deportes: la cohabitación en la misma época de dos grandes, en donde a veces uno oculta al otro. En fútbol esto equivale a la rivalidad Messi vs. Cristiano Ronaldo, pero el fútbol es más grande y ambos han podido ganar balones de oro e infinidad de premios importantes. En ciclismo hay menos premios y si a un deportista como Nairo le toca en la lotería de la vida coincidir con un campeón como Froome, no le queda más que luchar, pues ambos estarán siempre ahí, el uno contra el otro, y les pasará el tiempo juntos y harán la carrera vigilándose y probablemente llegarán al retiro el mismo año. Si Froome no estuviera Nairo ganaría este Tour y habría ganado el del año pasado, pero Froome está y estará siempre ahí. Ya le pasó a grandes ciclistas el no haber obtenido premios por haber coincidido con gigantes como Miguel Induraín, Bernard Hinault o Greg Le Mond.Por eso creo que la estrategia de la Movistar con Nairo de no atacar más que en las subidas finales es pobre y predescible, y jamás logrará sorprender a Froome y sus esbirros del equipo Sky. Lo mejor es hacerse fuerte en plano y en bajadas y en todo tipo de situaciones para combatir a Froome en varios terrenos y no sólo en el que él lo espera. Porque de lo contrario, y espero equivocarme, Nairo tendrá que resignarse por un largo periodo al eterno segundo lugar en el Tour de Francia.Sigue en Facebook Santiago Gamboa - club de lectores