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Cambio Estructural

En la actualidad, estamos gastando en odios y en crear falsos temores buena parte de la energía que deberíamos estar empleando en forjar un futuro más armónico y más productivo para todos los colombianos.

22 de octubre de 2017 Por: Rudolf Hommes

La oferta productiva y exportadora en Colombia está demasiado concentrada en productos básicos, petróleo, minerales y manufacturas de relativo bajo valor agregado y poca sofisticación que se producen en todas partes.

El desafío es cambiar esta mezcla de producción y de exportaciones para diversificarla y hacerla más compleja y menos común. En columnas recientes me referí a un documento Conpes (3866 de 2016) y al libro de la Andi que trae una amplia discusión sobre lo que se necesita hacer para progresar hacia ese objetivo que exige profundas y ambiciosas reformas institucionales, mucho mayor conocimiento y acceso a tecnología, innovación y espíritu empresarial. Es tal el alcance y la complejidad de lo que se necesita hacer, que es intimidante, pero al mismo tiempo alcanzable y realizable.

Otros países han sido exitosos habiendo partido de niveles de ingreso muy inferiores y sin recursos naturales. No existen razones culturales o históricas que lo impidan. Sin embargo, no sé cuántas veces se ha dicho, por ejemplo, que se puede iniciar ya un acelerado desarrollo de la agricultura y de la agroindustria sin que haya dado lugar a acciones concretas que hayan tenido impacto. Esto mismo ocurría con la paz hasta que Santos se empeñó en negociar un acuerdo. Si algo se necesita, se debe hacer y no seguir hablando de lo mismo.

No mucha gente le presta atención a cambios radicales que tuvieron lugar en forma casi imperceptible y sin que se impusieran deliberadamente. En 1962, cuando ingresé a la universidad había una sola estudiante de ingeniería. Hoy son más las mujeres que los hombres en la universidad y en ingeniería. Fumar en recintos cerrados ya no es posible ni bien visto en Colombia. Manejar en estado de embriaguez es algo que las personas menores de 40 años simplemente no hacen. Con seguridad podríamos erradicar la corrupción y el clientelismo, sin tener que provocar una guerra civil ni sacrificar la democracia.

En la actualidad, estamos gastando en odios y en crear falsos temores buena parte de la energía que deberíamos estar empleando en forjar un futuro más armónico y más productivo para todos los colombianos. Como a la derecha le dio resultado atemorizar a la gente para ganar el plebiscito ahora están aterrorizando a las élites y a la clase media con el espectro del comunismo con el objetivo de ganar las elecciones presidenciales del 2018. Están causando pánico económico, debilitando los espíritus animales que nos podrían sacar del estancamiento y creando el ambiente para que se recrudezca la violencia.

Para incrementar el nivel de conocimiento se necesita mejorar el sistema educativo e invertir mucho más en ciencia y tecnología, contrario a lo que sucede hoy. Pero hay otras formas complementarias de hacerlo que quizás hagan menos larga la espera. Se puede adquirir conocimiento, como lo hizo Israel cuando se desmoronaba la Unión Soviética o Estados Unidos en su largo periodo de expansión continental atrayendo inmigrantes que posean ese conocimiento y esas competencias y dándoles los medios para ponerlos a producir. Otra alternativa es atraer empresas extranjeras de alta tecnología. Es lo que ha hecho Singapur y lo que podríamos imitar.