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Fiscal, otra vez

Por mucho esfuerzo que se haga para evitarlos, hay temas sobre los...

12 de septiembre de 2010 Por: Rafael Nieto Loaiza

Por mucho esfuerzo que se haga para evitarlos, hay temas sobre los que volvemos una y otra vez. No por gusto, sino porque la realidad los impone. Uno, sin duda, es la violencia, siempre presente en los últimos cincuenta años. Otro, el Teniente Coronel de al lado, de caricatura si no fuera tan peligroso. Un tercero son las cortes y el sistema de administración de justicia que, confieso, a ratos me fastidia. Debe molestar aun más a los electores. Pero es ineludible. El Ministro del Interior y de Justicia y el que por enésima vez la Suprema haya sido incapaz de elegir Fiscal, pusieron de nuevo el tema sobre la mesa. Vargas Lleras afirmó que “le dijimos a la Corte que nos allanamos a lo que ella disponga, bien sea que elijan una persona de una nueva terna o que claramente le señale al Gobierno que desean se conforme una nueva”. Así el Ministro pedía al Tribunal que le solicitara al Presidente el envío de una nueva terna de candidatos a la Fiscalía. Curiosa posición. Para empezar, porque si el Ministro piensa que se debe cambiar la terna, lo que debe hacer es decirlo él, no pedirle a la Corte que lo diga. Pero le dio pudor. La vergüenza es mejor que el descaro, aunque la intención sea la misma. Y pudor debe darle, porque lo que pide es imposible, por mucho que él y alguien más en el Gobierno quisieran que el Fiscal fuera de su cuerda.Primero, porque la facultad de nominación se agota en el momento en que se designa al nominado. Hecha la nominación, ésta queda en firme y el nominador no puede modificarla. Es un acto administrativo que impone obligaciones y que genera una legítima expectativa en el postulado que debe ser jurídicamente protegida. De manera que la única forma en que el Presidente puede cambiar un nominado es a través de la renuncia del mismo a su postulación. Fue lo que ocurrió con los tres primeros ternados por el presidente Uribe.Después, porque la Corte Suprema de Justicia no puede solicitar el cambio de la terna si los postulados reúnen las condiciones que establece la Constitución Política para ser Fiscal General. La famosa ‘inviabilidad’ de la que hablara la Suprema para bloquear la primera terna es un esperpento jurídico que no tiene sustento legal ninguno y que bordea el prevaricato. En todo caso, el Tribunal ya ha dicho que no hay objeción ninguna sobre la actual terna. Además, porque para mala fortuna de Vargas Lleras, al menos dos de los nominados, el magistrado Velilla y el ex presidente de la Suprema Gómez Gallego, han dicho pública y expresamente que no renunciarán. Y cuentan que la tercera, la procuradora Cabello Blanco, ha sostenido en privado que tampoco lo hará y que estaría dispuesta a demandar en caso de que la removieran arbitrariamente.Finalmente, la evidencia que estaba oculta por el enfrentamiento con el presidente Uribe, sale a la luz después de su partida: el problema no está en los nominados, sino en la Corte misma, un nido de politiquería, intrigas, odios y sentimientos de vindicta que ha impedido la designación en propiedad de presidente del alto Tribunal, nombramiento de la curul de la sala laboral que está vacante y, tras más de un año de interinidad y múltiples votaciones, elegir Fiscal. Lo que habría que cambiar, pues, es la Corte, no la terna para la Fiscalía.

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