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Dicen cosas sobre la paz

Uno de los efectos de los diálogos de paz es que obligan...

16 de septiembre de 2012 Por: Rafael Nieto Loaiza

Uno de los efectos de los diálogos de paz es que obligan a que el país gire en torno de ellos. Acaparan la agenda nacional y desatan una avalancha incontenible de información y opiniones. Ya nada más es importante, para fortuna del Gobierno, y todo queda subordinado al proceso. Yo mismo, consciente de este mal y además escéptico sobre el resultado de estas conversaciones, no consigo escaparme. Va otra columna sobre el tema, aunque ésta la escriban los protagonistas. El ‘Acuerdo general para la terminación del conflicto’ entre el Gobierno y las Farc dice que su propósito es “poner fin al conflicto como condición esencial para la construcción de la paz estable y duradera”. En otras palabras, las Farc y el Gobierno distinguen entre el fin del conflicto armado y la paz. Es el retorno de las “causas objetivas” de la guerra. Me sumo a la opinión de Antonio Navarro: “Seguir diciendo que mientras haya desigualdad, o corrupción o muchos otros males no habrá paz, termina, sin querer, justificando el uso de la violencia y las armas, dándole razón al discurso de los grupos armados que persisten en la insurgencia”.A la pregunta de “¿cuánto va a durar el diálogo?”, el Presidente responde: “Nosotros esperamos que esto se pueda resolver en un término de meses, no de años. Acuérdese que no estamos comenzando de ceros, ya cerramos la primera fase y hay una buena base en el acuerdo general para construir. Si la cosa no se mueve, no vamos a seguir”. Sin embargo, ‘Marcos Calarcᒠsostiene que “es muy, muy difícil colocar plazos. El Gobierno habla de realismo, pero hay que definir qué es realismo. Nosotros llevamos en este primer encuentro exploratorio seis meses y unos días, ¿cierto? La otra etapa, la discusión de los diferentes puntos para llegar a acuerdos y donde estamos llamando, no como Farc sino como mesa de diálogo, a la sociedad a que acompañe, a que se involucre, necesariamente se va a demorar más de seis meses. Entonces es muy complicado decir no, tal día, tal otro.”Mi opinión: el Gobierno quisiera que el proceso fuera corto. Las Farc no. Pero pasado un año el Gobierno querrá continuar y buscará que la expectativa de la paz defina la reelección. No habrá acuerdo, si es que algún día lo hay, antes de las elecciones del 2014. Sobre el cese al fuego, “el Gobierno ha dicho desde el comienzo que las condiciones en el terreno se mantendrán, tanto en lo militar como en lo judicial. Entre otras cosas porque es nuestra obligación constitucional. No habrá ni despejes, ni ceses al fuego”. Las Farc han pedido cese bilateral. Mi opinión: el cese bilateral sin que las Farc se recluyan en campamentos supervisados hace que el Estado pierda la iniciativa militar y la ventaja estratégica y vuelve todo el país un Caguán. La solución sensata la da Enrique Santos: “Lo que deberían hacer [las Farc] es declarar un cese unilateral de hostilidades. Así comenzarían a atenuar la enorme desconfianza que les tiene el país.” Sobre si algún acto violento podrá dar lugar a que el Gobierno se pare de la Mesa, dice el Presidente que “las Farc han dicho que no piensan pararse de la mesa hasta no llegar a un acuerdo. Vamos a trabajar sin interrupciones en Oslo y La Habana para que eso se convierta en una realidad.” Mi opinión: el Gobierno quedó atornillado a la mesa. Como resultado, habrá un aumento de la violencia, que además será usada por la guerrilla como instrumento para incrementar su peso la negociación. A eso agréguese el marco jurídico para la impunidad. Pero eso será motivo de otra columna.

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