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La gasolina del gerente

Hacer reír es algo muy difícil, tan difícil que el genio del...

31 de julio de 2013 Por: Poncho Rentería

Hacer reír  es algo muy difícil,  tan difícil que el genio del cine Woody Allen, cobra millones de dólares por película. Igual pasaba  con el cómico Fernandel y con el inolvidable Mario Moreno, ‘Cantinflas’, que  ganaban mucho dinero porque nos sacaban la difícil risa. Un presidente del Senado se ganó, hace dos años, la rechifla general porque le contó con tristeza a Colombia que  su sueldo de 22 millones de pesos mensuales no le alcanzaba para pagar la gasolina del lujoso automóvil oficial. Semejante frescura  produjo ira y carcajadas en el periodismo y en el  pagador de  impuestos. Con ese voto de pobreza franciscana, el senador justificó que  ustedes le pagaran la gasolina.Es de risa que  los 269 parlamentarios de Colombia y varios centenares de concejales y  diputados reciban un millón de pesos mensual, para la gasolina del auto. Como la democracia cuesta mucho, los afortunados parlamentarios hoy tienen dos automóviles blindados, uno para Bogotá  y el otro para  su zona electoral. El gasto en gasolina para los carros de los altos funcionarios es un capítulo cómico y lleno de marrullas como llamaba el profesor Bilardo a la trampa-trampita.El pasado domingo El País publicó un informe  sobre el retiro del gerente de Infivalle. El informe, serio y acertado, nos contó varias avivatadas en contratos alegrones, costosos y cómicos en ese  instituto. Recuerdo una ‘avionada’, la de los vales para la gasolina del auto oficial del señor gerente. Ese auto gastaba más gasolina que un avión 747. Según los vales firmados por el conductor en la bomba, gastaba 90.000 pesos diarios y  una señora particular tenía autorización para tanquear su auto  por cuenta de Infivalle. Y hubo algo cantinflesco: que allí apareció  un vale por $650.000, no por gasolina, por plata en efectivo que le entregaron al conductor de la gerencia. El hombre dijo que lo pidió para pagar un sancocho de gallina en  Rozo que ofreció Infivalle.“Lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta”. Los autos oficiales nos cuestan millonadas en solo  gasolina a los paga-impuestos. Los carros blindados también. Este gobierno no logró imponer una seria austeridad en los gastos. Toca rezarle al Milagroso de Buga para que le recuerde a don Juan Manuel Santos que la austeridad es urgente. Ojalá comience por la gasolina oficial. Ese regalito deberían de cancelarlo, que sea solo para las camionetas de las Obras Públicas… si las hacen, ahora son muy poquitas.

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