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“Poner la cereza al pastel”

“Estamos cerca de ponerle la cereza al pastel, logrando gracias a Dios...

4 de octubre de 2015 Por: Pedro Medellín

“Estamos cerca de ponerle la cereza al pastel, logrando gracias a Dios y esperanzados, la paz con las Farc, después de cincuenta años de guerra”, dijo el presidente Santos al recibir el Premio al Ciudadano Global, concedido por el Atlantic Council, en reconocimiento a su liderazgo. Era uno de los muchos testimonios de respaldo a los avances logrados en La Habana unos días antes. Debió ser un periplo inolvidable para nuestro primer mandatario.Sin embargo, a su regreso a la realidad, Santos encontró que la fila de reconocimientos y aplausos no era tan larga; que 7 de cada 10 colombianos no estaban de acuerdo que guerrilleros y militares que violaron los derechos humanos no vayan a la cárcel, por más que reconozcan su culpa; Y sobre todo, que el acuerdo “histórico” no estaba tan acordado, ni era tan histórico.¡Quién dijo miedo!.. Por primera vez en mucho tiempo, el presidente Santos mostró ese carácter recio y firme que los colombianos echamos de menos en los días de la crisis fronteriza con Venezuela: “Han ladrado, ladran, y seguirán ladrando”, dijo de manera despectiva sobre quienes de una u otra manera han cuestionado el acuerdo suscrito con las Farc o piden que se aclare que fue lo que él mismo firmó hace más de una semana en La Habana.¿Qué se hizo esa humildad franciscana que mostró en su intervención en las Naciones Unidas o en las conferencias y homenajes que recibió en los Estados Unidos? ¿Qué pasó con el “desescalamiento” del lenguaje que él mismo pidió hace unas semanas, para referirnos a las Farc?La verdad es que después de escuchar al abogado que a nombre de las Farc participó en la redacción del acuerdo en materia de justicia, Enrique Santiago Romero o leer el comunicado de las Farc sobre la interpretación del gobierno sobre lo “acordado”, hay varios interrogantes que preocupan.¿Cómo así que el documento que se firmó el 23 de septiembre no estaba terminado? ¿Entonces convocó al mundo entero para anunciar un acuerdo que todavía tiene asuntos pendientes de reglamentar? ¿Por qué el Presidente no lo dijo en la firma ese día que no dudaron en calificar de “histórico”? ¿Por qué no lo aclaró en su intervención en Naciones Unidas? ¿Por qué razón le permitieron a los abogados Manuel José Cepeda y Juan Carlos Henao salir a explicar un acuerdo que no estaba completamente cerrado?Ahora, si se crea una jurisdicción especial de paz, “consensuada” con las Farc, que termine como una instancia en la que se juzga a militares, empresarios, políticos y todos los demás que se consideren responsables del conflicto armado, ¿cuántos Magistrados van a componer este tribunal? ¿Quién y cómo los va escoger? ¿El tema del fuero presidencial fue o no considerado? ¿Es cierto que uno de los miembros de la Comisión de la Verdad va a ser escogido por Unasur? Y lo más importante, ¿estaba consciente el gobierno de que firmaba un acuerdo cuya naturaleza “especial” (humanitaria) no requiere de ser refrendado o validado por legislación del Congreso o aprobación de los ciudadanos? ¿Vamos a ver lo que pasa cuando las Farc reclamen ese carácter “especial” del acuerdo suscrito por las altas cabezas de una y otra parte, con la mediación de un tercer Estado y el aval de otros tres? Ay, Presidente, lo que todavía nos falta para “ponerle la cereza al pastel”