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Declarar la emergencia humanitaria

Medicina Legal ha publicado un estudio en el que reconoce que cada...

14 de diciembre de 2015 Por: Pedro Medellín

Medicina Legal ha publicado un estudio en el que reconoce que cada seis horas es asesinada una mujer en Colombia. Y en la ciudad, los colectivos que trabajan en el tema ya piden que se declare la emergencia humanitaria por el problema.Los datos no dejan dudas. En Colombia en 2014, “41.802 mujeres sufrieron violencia de pareja y 5.939 niñas padecieron violencia intrafamiliar. 3’657.438 de las víctimas del conflicto son mujeres: 438.906 fueron ejecutadas sin piedad, 72.910 fueron desaparecidas y 9.892 fueron violadas”. El Centro de Referencia Nacional sobre Violencia, dice por ejemplo, que “Solo entre enero y febrero de 2015, 126 mujeres han sido víctimas de homicidio; 2.631 acudieron al Instituto para ser valoradas por un presunto delito sexual”. En ese mismo periodo 735 niñas y adolescentes fueron víctimas de violencia por parte de un familiar o cuidador y 6.269 fueron víctimas de violencia de pareja. En cuanto a las mujeres mayores de 60 años, 119 de ellas fueron agredidas físicamente y 1.482 fueron víctimas de violencia por parte de otros familiares”. Uno de cada tres actos de violencia contra las mujeres se produce contra niñas entre 10 y 14 años de edad, en tanto que para los casos de violencia de pareja, el 44,6% afecta a las mujeres entre 20 y 29 años.Cuando se observan los registros territoriales, se encuentra que en el Valle del Cauca, están los más altos registros de ocurrencia y reincidencia. Uno de cada tres homicidios registrados en 2014 se produjo en este departamento. Cali y Buenaventura registran los datos de mayor incidencia. Y una proporción similar se observa en los demás hechos de violencia. Este departamento se ha convertido en un territorio prohibido para las mujeres.El tema ha adquirido unas proporciones que dejan ver muy a las claras que se ha salido de las manos a las autoridades locales y regionales. Los reportes no sólo ponen sobre la mesa los problemas de una sociedad machista, sino sobre todo de una sociedad violenta. Se trata de un problema que, en primer lugar, ha dejado de ser individual para convertirse en una plaga colectiva, que amenaza con devorar los tejidos de convivencia social. Segundo, su gravedad radica en que se reproduce muy rápidamente. Los niños que ven en sus casas violencia de sus padres, tienden a reproducirla en su entorno externo, activando una violencia intrainfantil difícil de controlar. Y finalmente, los mecanismos de denuncia operan de manera muy lenta y frágil. Las secuelas de miedo o de autoculpabilización, se convierten en mecanismos silenciadores que impide las víctimas hacer las denuncias con las que comienza a enfrentar y resolver el problema.Hay que apoyar a los colectivos, con el apoyo de la Defensoría del Pueblo y las Personerías han emprendido por su cuenta un activismo que va desde la realización de campañas en los barrios hasta programas de denuncia y judicialización de los victimarios. A los violentos no los asustan las penas sino el señalamiento social. La declaratoria de emergencia humanitaria no sólo puede forzar a los gobiernos a actuar más decididamente para enfrentar en problema, sino también ayudar a concientizar a los hombres pues en ocho de diez casos somos los responsables de que esa violencia ocurra. Y debemos utilizar todos los medios posibles para combatir esos actos de violencia desigual que operamos sobre las mujeres y los niños. La presión social que debemos ejercer para denunciar y judicializar a los responsables de los casos que conocemos es el primer paso efectivo para ayudar a combatir ese flagelo que amenaza a la sociedad vallecaucana.