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Un compás de espera

¿Qué pasó? Es la pregunta que nos hacemos en estos momentos en...

5 de agosto de 2012 Por: Patricia Lara

¿Qué pasó? Es la pregunta que nos hacemos en estos momentos en los que se publican toda clase de balances al cumplirse dos años del gobierno de Juan Manuel Santos. ¿Por qué ha descendido tanto su popularidad, cuando hace pocos meses su imagen positiva batía todos los records y se situaba por encima de los 80 puntos?El descenso es evidente, no obstante que hay discrepancias entre las firmas encuestadoras. Para unas, la imagen de Santos ha bajado más de 30 puntos y está en el 48%, pero, para otras, como el Centro Nacional de Consultoría, su descolgada no es tan dramática, no llega a más del 15% y, todavía, su popularidad está en 68%.A pesar de las diferencias de percepción de los expertos, la disminución del apoyo al gobierno preocupa, y obedece a tres factores principales, aumentados por el desastroso episodio de la reforma a la justicia: 1. El deterioro de la seguridad con la rejuvenecida táctica de guerra de guerrillas desplegada por las Farc, unido al peligroso bandidaje de las Bacrim; 2. La oposición de tábano ejercida por el expresidente Uribe, quien mantiene en amplios sectores de la opinión altos niveles de popularidad (no obstante que muchos piensan que su viudez del poder lo tiene muy mal de la cabeza), y quiere convencer a la gente de algo tan disparatado como que Santos va a repetir la zona de distensión del Caguán. Y 3. La falta de ejecución visible del gobierno la cual, en sectores como el de nuestra paleolítica infraestructura, se vuelve insoportable.A ello se agrega ese estilo de los administradores modernos encarnado tan bien por Santos, quienes delegan y delegan y confían en que escogen bien a sus colaboradores, y dejan sueltos todos los cabos en sus manos, sin hacer un seguimiento cercano de la ejecución de las tareas. Eso puede funcionar muy bien en lugares en los que se cuenta con mandos medios y con personal muy capacitado y experto en las distintas labores, pero puede ser un desastre administrativo en países como este, donde el nivel de preparación de la gente deja tanto que desear, y donde se requiere que los líderes inviertan tanto de su tiempo en la educación y formación de sus equipos de trabajo.¡Es clave que el Presidente revierta esos tres factores! ¡Y no le sobraría descachaquizar el gobierno, y rodearse de un equipo más cercano al pueblo y a las regiones!Pero, a pesar de los negros nubarrones, hay cuatro hechos fundamentales que ameritan que continuemos unidos apoyando al gobierno y ayudándole a mejorar sus resultados: el primero, es su empeño en sacar adelante las leyes de víctimas y de tierras, cuya inequitativa distribución ha sido foco neurálgico de nuestra violencia; el segundo, es haber mejorado las relaciones con los demás países de América Latina; el tercero, es haber conseguido que el desempleo descienda en Colombia, en momentos en que en Europa y en otros países aumenta, y en Estados Unidos no han podido reducirlo; y el cuarto es haber logrado disminuir en 1.200.000 el número de pobres.Es que si Juan Manuel Santos consolida esa tendencia, y consigue bajar la pobreza de manera importante y llevar al mínimo la inequidad social, bien merecería un puesto en la historia.¡Démosle una oportunidad!Un compás de espera, por favor