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Timochenko, ¡sea valiente!

Dicen los expertos que mientras más cerca está la paz, más arrecia...

3 de agosto de 2014 Por: Patricia Lara

Dicen los expertos que mientras más cerca está la paz, más arrecia la guerra.¡Sin embargo no puede ser que ahora, cuando se supone que la guerra está a punto de terminar, sigan muriendo civiles, y niños como la hija del patrullero Ronaldo Ruiz, a quien una esquirla de granada lanzada por las Farc contra una estación de Policía en Arauca, mató cuando apenas tenía 3 años; y como la chiquita de 2 años de la familia Yaqui Muse, asesinada por un tatuco lanzado por las mismas Farc contra la base militar de Miranda Cauca, situada a varios metros del lugar del ataque!¡Y tampoco puede suceder que envenen las fuentes de agua y dejen sin luz a las ciudades! ¡Eso no tiene sentido! Y menos lo tiene cuando justamente, después de que las Farc aceptaron que reconocerán a sus víctimas, en La Habana recibirán, a partir del 16 de Agosto, a las comisiones de víctimas de todos los sectores, y en Cali se realizará, entre hoy y el martes, el gran Foro Nacional de Víctimas.Señores de las Farc: ¡ustedes no pueden seguir siendo tan crueles y tan torpes! ¿No se dan cuenta de que su meta no debe ser concluir las negociaciones con mayores ventajas, sino lograr que los colombianos refrenden los acuerdos? ¿No piensan que su gran batalla es conseguir ganarse el corazón de la mayoría? ¿No ven que si siguen enfureciendo al país con esos actos de barbarie, no existe la más mínima posibilidad de que los colombianos voten en favor de los acuerdos?Timochenko, usted ha dicho que no se arrepiente de nada de lo que han hecho las Farc en estos 50 años. Y con los suyos ha insistido en que lo importante es esclarecer los orígenes del conflicto armado y demostrar que los malos no han sido ustedes sino los otros.¿Pero si las niñas asesinadas hubieran sido sus hijas, aceptaría que se esgrimiera cualquier argumento (la pobreza, la represión, la injusticia) para justificar su muerte? ¿Se arrepentiría si usted hubiera ordenado directa o indirectamente la muerte de sus niñas? ¿Le dolería haberlas visto fallecer en sus brazos y, como padre, no se sentiría una víctima con derecho a exigir que los que las hubieran matado le pidieran perdón? ¿Timochenko, de verdad, cómo se comportaría usted si la pequeña del patrullero Ruiz o la niña de la familia Yaqui Muse, fueran sus hijas?Hay que llegar a que sientan ese dolor tanto usted, Timochenko, como los suyos, y todos los que de un lado u otro de la guerra han generado una sola víctima: ustedes tienen que poder sentir el dolor que han causado, arrepentirse y pedirle perdón de corazón a cada víctima, en vez de confortarse la conciencia disculpándose con el dolor que les han causado a ustedes. (¡Porque a ustedes también les han causado dolor, y mucho!).Y no pueden exigir que primero les pidan perdón para después pedirlo ustedes. ¡Sean generosos! ¡Colóquense en la piel de los Ruiz y los Yaqui Muse y piensen en sus propios hijos! Así empezarán a actuar y a sentir, no como guerreros, sino como seres humanos… Y así sucedería el milagro de que la mayoría de los colombianos los perdonáramos y los recibiéramos.¡Les llegó la hora de demostrar su valor, Timochenko! Porque se require tener valor para mirarse el alma, abandonar la justificación del ojo por ojo y diente por diente, y decir: sí, he matado, me equivoqué, me duele, me arrepiento, pido perdón.Timochenko, Iván, Pablo, Andrés: para hacer la paz se necesita más valor que para vivir en guerra... El país confía en su valentía: las víctimas los esperan