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¡No más guerra, ELN!

A veces, equivocarse, se vuelve un pecado de lesa humanidad. Eso sería...

3 de julio de 2016 Por: Patricia Lara

A veces, equivocarse, se vuelve un pecado de lesa humanidad. Eso sería lo que ocurriría si el ELN desaprovechara este momento histórico e insistiera en que no acepta la condición del Gobierno de liberar a los secuestrados para que empiece la etapa pública de los diálogos de paz. Por eso transcribo la Carta abierta al ELN, titulada Hacia la paz duradera, firmada por ochenta y seis intelectuales, en su mayoría de izquierda, adhiero a ella, e insisto en hacerles un llamado lleno de angustia a los miembros del Comando Central de esa organización, para que no cedan a la tentación de seguir como única guerrilla en armas, sino que mediten sobre las puertas que se les abren y escuchen el clamor de esta Colombia que se hartó de la guerra. Dice la carta: “Todo acontecimiento excepcional abre el camino para alcanzar un hito histórico. A toda experiencia novedosa y promisoria le sigue la posibilidad de ensayar algo inexplorado y prometedor. El compromiso que el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc-EP) han asumido hoy para dar por terminadas las hostilidades a través de un cese al fuego bilateral, definitivo y verificable constituye el paso más trascendente para que el país comience –en serio– el tránsito hacia la paz. Una paz que anhelamos los colombianos y que espera el mundo. Lo acordado en La Habana es el mayor viraje que ha tenido el país desde el 9 de abril de 1948, y es hoy, en un escenario global convulsionado, el ejemplo más elocuente para confirmar el valor y el sentido de salidas políticas negociadas a conflictos prolongados”. “Los abajo firmantes estamos persuadidos de que en esta hora se abre una oportunidad inmejorable para que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) sea otro protagonista de la paz. Reconocemos las dificultades que pudieron haber impedido avanzar en su momento en un proceso de diálogo con el Gobierno. Sabemos que hubo dudas, de lado y lado, respecto a cómo, con qué ritmo y hacia dónde dirigir las conversaciones. Esas cuestiones no pueden llevar a confusión: se ha generado ya un espacio inédito para que los colombianos busquemos y concretemos una paz plena. Y esa paz necesita el concurso del ELN”.“Hay razones objetivas para que ello sea factible. Se han creado las condiciones para valorar la lucha política por sobre la lucha armada. Los mecanismos e instrumentos con los que el país contará favorecen un cambio profundo en diversos frentes. La comunidad internacional está ansiosa y esperanzada para colaborar con Colombia en esta coyuntura y hacia el futuro para fortalecer el proceso en marcha. La sociedad civil colombiana movilizada muestra una disposición para ser un actor decisivo en el posconflicto. Todo ello debería ser estímulo para que el ELN se sume, con sus particularidades, al logro de una democracia total”.“Por eso, entonces, llamamos al ELN a que se comprometa con el avance de un proceso de negociación complementario, con el gobierno y con el pueblo de Colombia. Así, a no dudarlo, la paz plena será el mayor logro de un país que debe vivir el Siglo XXI sin la violencia y el dolor que sufrimos durante el Siglo XX”.Siguen las firmas de los ochenta y seis intelectuales, encabezados por Juan Gabriel Tokatlián, Alfredo Molano Bravo, Alejo Vargas, Francisco Leal Buitrago y Francisco De Roux. www.patricialarasalive.com