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Ese es el camino, Victoria Sandino

Ya es hora de que todos los actores del conflicto, por favor, tomen en serio la verdad.

2 de agosto de 2020 Por: Patricia Lara

Hay que felicitar a Victoria Sandino, senadora del partido Farc, por haber tenido el valor de decir la verdad y de aceptar que en la antigua guerrilla hubo casos de violencia sexual. “Yo reconozco que estos hechos se presentaron en la organización (…); estábamos en el marco del conflicto, tenían armas y eran hombres machistas, patriarcales”, dijo.

Aclaró, eso sí, que la violencia sexual no era una política de las Farc y que ellos tenían normas muy rigurosas al respecto (a los violadores los juzgaban y les aplicaban la pena máxima, que era el fusilamiento). No obstante, insistió en que “los actos de violencia sexual sí se registraron”, y agregó: “Con mucha honestidad, con mucha transparencia y también con dolor (…) hay que decir que si estas normas eran tan rigurosas, como yo las conocí, es porque esos hechos de una u otra manera se presentaban, porque son hombres y mujeres que venimos de la misma sociedad: esta sociedad que victimiza en particular a las mujeres”.

Y en una entrevista que dio para El Espectador Victoria Sandino fue aún más específica: “Cuando estuvimos en La Habana y tuvimos un diálogo más abierto y directo con las mujeres; se planteó que había hechos de violencia y nosotras mismas dijimos que, si había hechos de violencia, el que hubiera violado a una mujer tenía que responder por eso y no podía ser amnistiado en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)”.

Las declaraciones de la Senadora abren un camino de esperanza a la posibilidad de que reine la verdad, justo en el momento en que al país le cayó como un baldado de agua fría la negación que hicieron otros miembros del partido Farc sobre que la antigua guerrilla reclutó menores a la fuerza, cuando abundan los testimonios y las fotografías de niños vestidos de camuflado.

Sin embargo, para superar el conflicto, la verdad tienen que decirla todos. En el caso de las violaciones, algunas estadísticas del Centro de Memoria establecían que quienes más violaciones habían cometido durante el conflicto habían sido los paramilitares, seguidos por los militares y por los guerrilleros.

Y ahora que se ha discutido en el Congreso el caso de la violación de la niña embera por parte de los soldados, el hecho no puede minimizarse con el argumento de que el delito lo cometieron manzanas podridas o, como se lo oí decir a un general retirado, que el caso no fue tan grave porque al parecer se trató de un negocio y no fue a la fuerza. ¡Por Dios, si la víctima fue una niña de doce años! ¿Qué capacidad de decisión o qué fuerza para oponérseles a los soldados podía tener ella?

Ya es hora de que todos los actores del conflicto, por favor, tomen en serio la verdad.

* * *

Gran idea la de los los alcaldes de Medellín y Cali, Daniel Quintero y Jorge Iván Ospina, de traer intensivistas cubanos, expertos en poner ventiladores. Ponerle un respirador a un paciente es un procedimiento complejo, que requiere experiencia y conocimiento. No se puede improvisar con estudiantes de medicina o con médicos de otras especialidades. Cuba tiene gran experiencia en brindar ese tipo de apoyo. De hecho, hoy hay 44 brigadas de médicos cubanos en 37 naciones. Ese es un servicio que ofrece Cuba, así como otros países ofrecen apoyo en desarrollo tecnológico. No podemos ser tan fanáticos para preferir que se mueran los colombianos de coronavirus, antes que aceptar que los salve un médico cubano.

Sigue en Twitter @patricialarasa