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¿Quién nos entiende?

Es tan predecible... Surgen las mismas frases en redes sociales cada vez...

18 de enero de 2016 Por: Paola Guevara

Es tan predecible... Surgen las mismas frases en redes sociales cada vez que ocurre un gran suceso.Si muere un músico famosísimo no tarda en aparecer el amargado: “Tanto esnobismo, lamentar la muerte de alguien que seguro ni sabían que existía”. Ocurre un atentado terrorista en otra parte del mundo y no falta la frase lapidaria: “Les duele lo que pasa en París en lugar de lamentar la crisis de los hospitales locales”.Si un filme colombiano es nominado al Óscar, en lugar de alegrarse protestan: “Tanta felicidad por una película que ni siquiera han visto y ya me los imagino viéndola solo porque unos gringos dijeron que era buena”.Si la prensa cubre la visita de un artista de talla mundial, se quejan: “Habiendo tanta corrupción y ustedes pendientes de esta frivolidad”. Si se cubre un caso aberrante de maltrato animal, la misma cosa: “Tanta alharaca por un perro, habiendo niños con hambre”. Como si no hubiera cabida para todos los intereses en un mundo tan grande y diverso.Hay otros genéticamente impedidos para asociar cualquier cosa con algo que no sea Santos y Uribe.Supuestamente las redes sociales y los foros virtuales iban a entregarnos un mundo más pensante, informado y criteriado, pero pareciera que a veces el repertorio de ideas se limita a las mismas cinco “opiniones” (o simulacros de opiniones) repetidas, recicladas, remasterizadas y reencarnadas una y otra vez de acuerdo con el muerto, el atentado, el premio, la noticia y la circunstancia.Y si por cuenta de la fama del premio Óscar más gente va a ver la película de Ciro Guerra, ¿qué hay de malo o de reprochable en eso? Todo lo contrario. ¿No es para eso que existen los premios, acaso, para visibilizar y refrendar lo bueno? Quién nos entiende.Una persona que no conocía a David Bowie me confesó esta semana que -por el ruido noticioso que causó la muerte del británico- se dio a la tarea de buscar sus canciones y leer sobre su vida y no solo se sintió extasiada por su música y fascinada por sus ideas y su estética sino que lamentó su muerte igual que los fanáticos de marras. ¿Qué hay de esnobista en eso?¿Por qué no nos deben doler París, o Siria, o Nigeria? ¿Desde cuándo se volvió pecado sentir dolor por un drama humano, por una muerte, por un atentado donde quiera que ocurra en esta tierra donde las fronteras son solo mentales?

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