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No veré ‘El Capo 3’

Como dice mi abuela: “No lo he hecho y no lo vuelvo...

21 de julio de 2014 Por: Paola Guevara

Como dice mi abuela: “No lo he hecho y no lo vuelvo a hacer”. He decidido que no veré ‘El Capo’, esta tercera parte donde –según ha revelado su creador- el protagonista (inspirado en él mismo y en su negro pasado criminal) decide colaborar con la justicia y se enemista con una red de narcotráfico internacional.Aclaro: está en todo su derecho el señor guionista en sacarle partido a la historia que lo ha hecho célebre dentro y fuera del país, y todo canal está en su derecho de lanzar una producción que le da ganancias, empleo a personas talentosas y “entretenimiento” a tantas otras.Habiendo dejado esto en claro, reafirmo a título personal: yo no veré ‘El Capo 3’, porque no me siento capaz de premiar –así sea con mi minúscula cuota de rating- más series nacionales inspiradas en el narcotráfico. Porque encender el televisor y sintonizar 'El Capo', así sea para criticarlo y rasgarse las vestiduras, es como dar el voto. Y el voto es sagrado.No veré ‘El Capo 3’, para empezar, porque me duele pensar que esta será la única referencia sobre Colombia que tendrán millones de televidentes de otros países, donde seguramente resultará atractiva esta serie, como lo han sido tantas otras de sicarios y narcotraficantes, inspiradas en la vida real. Y para pensar en mafia me bastan las noticias de cada día, que al menos cumplen una función social de denuncia.No veré ‘El Capo 3’, porque aún si su propósito fuese altruista o pedagógico –que no lo es-, y aún si el criminal recibe su merecido o colabora con la justicia, queda en el aire que al menos por un lapso importante se sintió el rey del mundo, tuvo poder, dinero, lujos y mujeres (sí, mujeres tipo trofeo) y eso, en un país con tanta injusticia social, resulta modelo a seguir para muchos. En especial para niños y jóvenes que querrán degustar un par de años de gloria (al estilo del capo), así sea efímera y cueste la vida, o la cárcel.No veré ‘El Capo 3’, respetando el derecho de quienes sí la verán, porque si estas series siguen siendo tan exitosas y premiadas con la sintonía masiva del público, pronto vendrán nuevas trilogías de capos, sapos, patrones y lavaperros con empaque de galán, justificaciones y poses de héroe. Si es así, al menos sabré que no contribuí.Si lo que quieren es atrapar con historias asombrosas de la vida real, con mucho gusto encenderé mi televisor cuando produzcan una serie sobre Nairo Quintana. O sobre James Rodríguez, que retrate el arrojo de su madre, el valor de su padrastro, su lucha por soportar el bullying de un oscuro entrenador y su talento, que halló formas de brillar más allá de todo pronóstico.En fin, gente con luces y sombras pero que no se ha labrado su éxito con polvos mágicos sino con esfuerzo y talento, que es lo que ha sostenido al país que han querido llevarse al infierno los capos.Siempre que se cuestiona a los productores de estas narco series, responden con toda razón: “Si no les gustan, no las vean”. Gracias por el sano consejo, eso haré yo. ¿Y ustedes?

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