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La rapiña por el ranking

Sin duda, son buenas las intenciones que el Ministerio de Educación tuvo...

26 de marzo de 2015 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Sin duda, son buenas las intenciones que el Ministerio de Educación tuvo para su llamado Día E o de Excelencia y con la ejecución del ISCE, Índice Sintético de Calidad Educativa. Sin duda, hay que medirse para saber dónde estamos, teniendo en cuenta los estándares internacionales de la Ocde, y tratando de superar el fracaso de las pruebas Pisa. Está bien medir las instituciones educativas en las variables de Progreso, Eficiencia, Desempeño y Ambiente Escolar y no solo con las pruebas Icfes o saber.Pero lo que no logro entender es por qué luego de insistir una y mil veces que el Ministerio no hace ranking de colegios y que los mismos son fruto de mediciones no avaladas, pero que harto se publicitan, ahora sean ellos quienes publican las listas de los colegios públicos y privados mejor calificados de Colombia. Y como era obvio, no fue si no que muchos colegios se enteraran de la existencia de la bendita lista para hacer lobby buscando la publicación de sus nombres, los que salieron bien ranqueados, o para desvirtuar la medición, en el caso de los que estaban acostumbrados a ser primeros y esta vez brillan por su ausencia. Entonces, lo que en apariencia resulta un mecanismo de medición y reconocimiento educativo, al final termina convertido en la hoguera de las vanidades, donde mejores y peores se cogen del pelo para hacer valer sus derechos a la figuración. Porque si algo ha estado claro en esta ciudad, es que hay colegios que viven en función del ranking, se promocionan con el ranking y forman a sus alumnos para el ranking.Ojalá esta jornada por la excelencia educativa sirva no solo para mejorar los cuatro estándares considerados por el Ministerio, si no para mirar qué tan comprometidos estamos todos (padres, hijos y educadores) con la formación no solo de personas hábiles académicamente si no de seres humanos para la vida. Ojalá que esta jornada, mirando a los colegios públicos, sea la oportunidad para subir la calidad de las instituciones educativas, la remuneración y formación docente; para mejorar las locaciones, para acompañar a los rectores en sus procesos y no solo para abordarlos al momento de pedirles cuentas.Porque de nada sirve todo este descomunal esfuerzo si al final solo terminamos buscando en qué lugar quedó el colegio de nuestros hijos, mientras el dueño del colegio pide que lo saquen en la prensa porque fue el mejor. Señores, que un árbol no nos impida ver el bos que: en este país necesitamos más educadores y padres preocupados por la educación, que concentrados en ser los reyes de la figuración.