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La paz de las Farc

Dejaron a oscuras a Buenaventura, atropellada por una dura crisis social y...

31 de julio de 2014 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Dejaron a oscuras a Buenaventura, atropellada por una dura crisis social y la crudeza de una violencia que indigna. Una ciudad que ha sufrido décadas de corrupción y politiquería, además del abandono de un gobierno que solo la mira cuando sangra alguna de sus heridas. La dejaron a oscuras, pero no hay que escandalizarse “porque estamos negociando en medio del conflicto”.Ya estoy hasta el cogote de esa justificación. Y de quienes la repiten con postura de expertos y sustentan que así ha sido en países con conflictos más complejos. Ya estoy cansada de escuchar noticias de voladura de torres, de atentados al acueducto y de bombazos a poblaciones, que tuvieron que aprenden a la brava a convivir con la guerra.Ha dicho el presidente Santos que la guerra es entre combatientes, no contra la población civil, y aseguró que si las Farc siguen cometiendo atentados, el proceso se va a acabar. No sé qué tanto alcance tenga esta última afirmación o si lo dijo porque estaba en el Valle, como una manera de lamentar lo ocurrido.Lo cierto es que mientras en La Habana se discute el punto de las víctimas y Cali se alista para ser la sede del Foro Regional por las Víctimas este domingo, los 450.000 habitantes de Buenaventura fueron víctimas de un ataque miserable a su infraestructura eléctrica. Y hechos como estos aumentan la poca credibilidad de un proceso con muchos enemigos, entre los cuales no me cuento, e incluso despiertan las dudas sobre el verdadero liderazgo de los jefes de la guerrilla que están en la mesa de negociaciones.No sé qué tan ciertas son las intenciones de las Farc de dejar las armas. Ni cuál es la paz de la que hablan y menos a qué se van a comprometer, si las negociaciones llegan a buen fin. Tampoco creo que la guerra sea el camino, por lo que confío y espero que este Gobierno, que se reeligió sobre la bandera de la paz, logre a través del diálogo lo que durante años no se logró a través de las armas. No sé tampoco qué tan conscientes son los miembros de la guerrilla de que sus acciones actuales influirán en la decisión futura del colombiano que tendrá que refrendar los acuerdos a los que se llegue en La Habana y respaldar con su voto la posible participación en política de algunos ex guerrilleros.No sé qué tienen la cabeza los que dicen luchar por la igualdad social y al mismo tiempo son los verdugos de quienes dicen defender. Y no por eso milito en las filas de quienes quieren acabar el proceso, aunque entiendo la poca fe de muchos en el mismo. Solo escribo con el sentir de una colombiana que ha visto durante años la guerra, que ha escuchado el drama de sus víctimas, que se indigna por los ataques a la población civil pero que confía de manera terca en que en algún momento las cosas puedan cambiar. ¿Será mucho pedirles, señores de las Farc, que expliquen o demuestren qué es lo que ustedes entienden por paz?